Saturday, January 27, 2018

VÍCTOR LADERA PRIETO: POETA Y HOMBRE (Por Teodoro J. Morales)


VÍCTOR LADERA PRIETO: POETA Y

 HOMBRE


Por Teodoro J. Morales



Tiene recorrido, un largo camino en la vida. Nació para que, por su palabra hablara el pueblo a través del tiempo, y, no es poco el testimonio escrito, parte de ello, se publicó en “Tonos del Ande” (2002), “Dialéctica del Hambre” (2004) y “Comunidad de Auroras” (2017).
Se ha dicho: “El polvo de los años caminados, el solitario silencio de los sueños, las oscuras alas de la orfandad social conjugaron en sus manos obreras para dar luz a su creación poética” (…) “He aquí un gran poeta, cuya historia es, como su propia poesía, una crónica oculta e insurrecta. He aquí un hombre xauxa, de cuya pluma, prorrumpen cóleras y pasiones. He aquí un revolucionario cuya arma es el verbo” (…) Proletario de basto y hacha. Comido de la yerba de la jalca, de los oscuros socavones, de los ladrillos y los caminos. Sus versos nos hablan de lucha, de esperanza, de alegría, de amor, de tristeza y de sueños” (Fernando Sabino Sánchez, 2014); y, para Hugo Velazco Flores, la poesía de Víctor Ladera, está dentro de esas vertientes de una “Poesía hipervital, poesía de contacto social, poesía engageé.
Para empezar, transcribo de Víctor Ladera Prieto, el poema “Nostalgia”, dice: (“Oscura sombra/ de una melancolía/ no me claves/ en la cruz del silencio/ en la espina de la noche/ ni en la nostalgia/ de tristes recuerdos” (…) “Nostalgia/ no me atormentes/ vísteme con luces de tiempo/ arrúllame con lenguaje/ dulce, limpio, amoroso/ libérame de estas penas/ y abrígame con el calor/ de nuestra tierra xauxa”.
El Círculo Literario “César Vallejo” de Huancayo, en el año 2002, editó “TONOS DE ANDE” (1), libro de poesía de Víctor Ladera Prieto (2). Es valioso el esfuerzo, claro, no se trata de toda su obra poética; sin embargo, se esperaba un libro de Víctor Ladera.
No siempre, se usa la palabra como herramienta forjadora de consciencia; ni siempre se habla de la condición humana, de la desigualdad y la injusticia, ni de la fe y la esperanza de una nueva aurora social; pocos son los poetas comprometidos con su tiempo, los que fijan una posición de clase en su obra. El poeta, dice: “Nací en algún lugar desfigurado de América. Soy pueblo de mi padre. Padre de mi pueblo. Pueblo nomás, nunca he pretendido ser otra cosa”. (Ubicación Activa). 
El poeta, se hace hombre, se hace sustancia de todo ese universo que conoce y vive lleno de dolor humano; y de entre la profundidad de esa realidad- nace y se levanta su palabra, como el canto de los que teniendo boca no pueden hacerlo: (“-cuando el obrero siente martillar sus sienes/ Lejos de las doradas espigas y los hijos/ Sin poder hallar un solo fragmento de cariño,/ Cuando se obscurece el orbe en nuestras manos/ Hasta ahogar la lumbre de todas las lágrimas/ No es posible iluminar la creación de la fuerza,/ Cuando se escucha el llamado de la sangre/ Es difícil abrir las ventanas de los sentidos/ Para que se sepa la noción y el vuelo del tiempo”.- (Justicia para los Trabajadores). 
Sabemos que la fe del hombre, se forja en dura travesía- por duros caminos que en la vida encuentra, en el que el tiempo con sus inclemencias curte su piel y su espíritu, así afirma una concepción de vida y una fe en la realización de su destino, alzándose de entre el dolor de mil imposibles, que lo cerca como una cárcel; y es –el hambre y el desamparo, los que abren sus sentidos a una realidad de vida, a la que -muchos no asoman porque no se atreven a quebrar lo establecido. El poeta, dice: (“Hoy he almorzado hasta saciarme de apetitosa nada./ ¿Ay! Tentadores frutos pasaron tan de cerca/ que quisieron cambiar mi estructura de hombre,/ pero seguirá alimentándose con la ausencia/ de un pan lleno de palomas,/ hasta dejar mi bandera en la cumbre más alta” (…) “Aquí me tienes con la sombra crucificada./ Aquí está mi corazón de indígena vertiente./ Aquí estamos so9loes/ germinando un cielo propio, un mañana de luz”.-“Manifiesto”). 
Hay un filosofar de vida, en el que se desarrolla toda una concepción de mundo y existencia. Es cierto, la vida difícil, hace que la persona madure, tome conciencia, aclare ideas y construya doctrinas de verdadera redención; en la poesía de Ladera mPrieto, la palabra se levanta como verdadero canto de afirmación de fe y esperanza en una nueva realización social. La vida nunca fue fácil para el pueblo; sin embargo, desde esas canteras, siempre nace lo mejor de la belleza. “Aquel hombre que construye ternuras con salarios de olvidos y soledades puede también labrar la anhelada luz crear la magia del oropel de amistad rindiéndole solamente un culto ciego a la propiedad de infinitas ternuras. (Homenaje)
Víctor Ladera Prieto, pertenece a una generación de heroicidad en lo literario, a la que asomo junto a Víctor Mazzi Trujillo, Leoncio Bueno, José Guerra Peñaloza y otros; todos ellos, se forjaron en el yunque de la lucha por la vida, en la hoguera de las luchas sociales, en las que creció su verdad como luz de esperanza y pan de vida; y con terco empeño, forjaron e hicieron toda una tradición de Literatura Proletaria en el Perú. “Hoy la verdad se ha enamorado de mí
abrazándome con su zarzal de amor”. (Ubicación Activa). 
La solidaridad humana nace y se alza en dimensión de existencia, donde la palabra forja la mejor expresión del pueblo; de no ser así, el hombre hubiera desfallecido hace mucho tiempo y sería solo escoria.
Cuantos de sus compañeros y amigos se adelantaron y se fueron, dejando un sentido vacío. No todos saben del real valor de la amistad. Víctor Ladera en “TONOS DEL ANDE”, rinde Homenaje a Manuel Baquerizo Baldeón, Víctor Mazzi Trujillo, Alejandro Espejo Camayo, y al pueblo en su lucha por la dignidad y la Justicia. Dice: (“Estas aquí y no en otro lugar/  En las calles labrando luces de rebeldía/Incendiando de justicia la miseria/ Arrancándole a la vida la eternidad. (…) “Aquí están avivando el grito del trigo/ En la cuchara despreciada de los pobres./ Aquí estás floreando los recuerdos/ En alta fidelidad de tus amigos”.- (Aquí estás Alejandro).
La vida del poeta sigue en su tránsito, afirmando una fe y una convicción de hombre libre. Dice (“Y en las calles se arrastran con dolor / miseria y tristeza vestidas de amargura”). Es consciente de muchas cosas, su verdad es cincelada con palabra viva, la que hereda al tiempo. Dice (“cuando brilla el imperio del silencio, / huye la idea, la tranquilidad sonríe”). “…el cebadal amargo y pálido ya peina su cabellera verde. Surgen los labriegos a la faena y estamos, todos de pie, esperando coronarnos de alba”. (Insurgencia).
“TONOS DEL ANDE”, reúne un grupo de poemas de Víctor Ladera Prieto, en el que se define el universo vivencial del poeta, descubriéndonos su honda filosofía y su concepción de mundo el que orienta su vida y su quehacer poético; sin embargo, los que conocemos a Víctor y su obra, podemos decir que, en esta entrega reúne solo parte de su obra, el que lo presente en esa eterna búsqueda de una verdad, en ese proceso de formación de Hombre y Escritor.
En el año 2004 Halckon Editores publica “DIALÉCTICA DEL HAMBRE” (3). En el que se reúne veinte poemas, Henoch Loayza Espejo en “Palabras Breves” dice “Estos versos dejaron las páginas amarillas de los años caminados, el solitario silencio de los sueños, las oscuras alas de los extravíos, la ajena mirada de la indiferencia”, en verdad que así es. Todos esperamos conocer su expresión poética en su dimensión completa, pero ella el poeta lo va entregando a poco.
En Víctor Ladera Prieto, hay una vida de consecuente existencia, algo que no ha traicionado; es algo que le dio la vida, y si le faltara aquello dejaría de ser él. En su obra hay un testimonio de realización personal; en el que, su convicción se viste de alimento para los desposeídos.
Él conoció una realidad y vivió inmersa dentro de ella. Lo que escribe es, esa verdad cuyo dolor está lacerando dentro del espíritu del pueblo, por eso dice: (“ Allí donde las manos del viento/ inauguran la rebelión de las luces/ allí donde/ el silencio y la melancolía/ abren el fuego de sus rebeldías”.- La tristeza de César Vallejo”. Vallejo, ha sido y es luz, él sigue marcando el camino: (“Por ti sabe el mundo/ que existe un Perú/ de pura tristeza/ y sin zapatos./ Por ti/ también/ sabe nuestro pueblo/ que la alegría nace/ del sufrimiento armado”.
Para el poeta, la injusticia sigue haciendo la desgracia de los muchos. La vida le enseño, y le enseña, que: (“Nacemos, sufrimos, morimos en mayoría/ disputándonos sin afecto esta vida”.- Democracia). (“Lustrando ternuras y amorosos pedregales/ como lustra el minero su apagada noche/ sembramos y maduramos la esperanza”.- Navidad”).
Tiene toda una vida sobre sus espaldas, no es mucho lo que ha cambiado. La injusticia sigue espoliando al pobre, por eso, el poeta dice: “en el país donde la luz no amanece/ nada se suma, todo se resta,/ sólo agregamos indefinidamente/ a la miseria miseria miseria/ a la muerte muerte muerte/ al hambre hambre hambre./ ¡En suma nada se suma/ todos los días se resta la vida!”.- La Lección).
Para algunos, la vida es color de rosa, es paraíso en eterno florecimiento, alegría plena de dicha; pero para la mayoría andante, es realidad que se padece y preocupa (“Al medio día cuando vuelvo a casa/ cansado ya del vegetativo trabajo/ se encienden los ojos de azúcar/ de la que me ayuda a extender/ mi jornada de dolorosa espera./ Ella deshoja su silencio/ y esconde el oro de los días/ en la música cariñosa de su voz/ derrama en la yerba de mis sentidos/ la olla hirviente de su pensamiento:/ en la feria universal del hambre/ los precios de todas las cosas/ bailan como mariposas de primavera;/ ¡no hay carne en los mercados/ el pan desaparece como endiablada hostia/ sin endulzar el destino de los pobres!” (…) “Célebres silencios son los refrigerios/ allí donde el salario no vale un Cristo/ o las horas no son peces que ríen/ cuando la verdad/ arde sobre la mesa de los pobres”.- A Medio Día).
Hay un falso relumbrón, encima de todo; parece lo que no es. Si uno se quita esas anteojeras que nos han puesto con tanta propaganda junta, la realidad asoma con toda su miseria como siempre.
Conocí a Víctor Ladera Prieto, allá por la década del noventa: converse con él, y estuvimos en muchos actos culturales que convocó a los poetas de la región; con ese conocimiento que tengo de él, puedo decir: Este poeta, nació con una fe, vive con ella y no la traiciona. Esa consecuencia de vida lo hace grande. Mi HOMENAJE a él, a esa consecuencia de vida, y a la grandeza de su palabra, donde está su fe. 



NOTAS:


(1).- “Tonos del Ande” De Víctor Ladera Prieto. Edición al cuidado de Jean D´Carval, 15 de Abril 2002, 24 pp. Formato: 15 x 21.5 cm. Proemio de Flor de María Ayala Leonardi y Colofón de Arturo A. Concepción.

(2).- Víctor Ladera Prieto, poeta tarshumante y poliglota. nació en Acolla (Jauja) el 05 de setiembre de 1932. En Paucartambo (Cerro de Pasco) junto a Víctor Mazzi fundó el Grupo Obrero “Libertad”. Integrante del Grupo Intelectual Primero de Mayo (1956), del que es cofundador. Poemas suyos se publicaron en “Prólogos del Alba”, “Nacimiento del Canto”, y, “Cuaderno de Mayo”, Cuadernos de Poesía publicados por el indicado Grupo. En 1958 viajó a Europa donde estuvo por espacio de diez años. Estuvo en Cuba y Bolivia, donde trabajo; así como en Paris y Leipsigs, donde estudio Francés y Alemán respectivamente.

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