Monday, September 18, 2017

ROBERTO ROSARIO VIDAL: LA MINA “SAN VICENTE” EN LA MEMORIA DE LOS TIEMPOS (Por Teodoro J. Morales)

ROBERTO ROSARIO VIDAL: LA MINA “SAN 

VICENTE” EN LA MEMORIA DE LOS TIEMPOS

Por Teodoro J. Morales


La literatura, no solo es valiosa en su expresión de belleza escrita, también es fuente valiosa de información de conocimientos. En la creatividad va abriendo nuevos caminos en la expresión literaria, con propuesta que nos acerca a la bella verdad en la forma; y en el fondo entregando contenidos de vida, permitiendo conocer lo que  hemos sido y lo que somos; digo esto, luego de leer “Lámparas de Minero” (1) de Roberto Rosario Vidal (2).
La obra referida, es un libro de relatos, cuya temática gira en torno a la existencia de la mina San Vicente (Vitoc-Chanchamayo). El título del libro, hace pensar que trata de universos propios de la literatura oral; claro que, en parte lo es; pero en mínima expresión, por ejemplo, hablando de Tarma encuentro textos como “El tapado de Ucuchpa” y “Guagapo, la gruta de llora”, los que no pasan de ser simples bocetos. “La creación”, es un texto interesante. “Salsipuedes” tiene otra versión, pero, la que recoge Roberto Rosario enriquece ese universo. La propuesta mayor es, la que habla de aspectos históricos de la selva central, en momentos vivenciales que se hunde en el tiempo, rememorando hechos que hacen parte de la historia del centro minero “San Vicente”.
El autor del libro (Roberto Rosario Vidal), trabajo por un tiempo, en la mina San Vicente; por lo visto, su presencia en la zona, no quedó en un simple ejercicio de las labores propias que tenía como trabajador de la Empresa, sino que, como escritor que es, recogió información que le permitiera conocer la realización histórico social del lugar y termino escribiendo un libro interesante, por su contenido.
El libro hay que leerlo como un todo, no en las historias aisladas que tiene, así, se podrá encontrar el valor que tiene; desde esa óptica, encuentro que: habla de las incursiones de los españoles a la selva en su búsqueda de El Dorado, y de las expediciones realizadas por los caciques aborígenes que querían conocer al “rey blanco”; y nos enteramos que, una de las primeras expediciones de aborígenes a Lima, que se conoce, es la que se registra en un Informe de 6 de julio de 1580, en tiempos del virrey Hurtado de Mendoza; y que, el marqués de Cañete,  en 1594, recibió la visita de cinco caciques campas que fueron a pedirle religiosos para evangelizar la región. El virrey atendiendo a ello, envió al sacerdote Juan Font, primer jesuita que piso chanchamayo, región evangelizada hasta entonces por dominicos y franciscanos.
El libro, también nos hace conocer que, en 1643, Pedro Bohórquez, con autorización oficial, organizó una expedición compuesta por 36 españoles; y con ella, tomó posesión de los asentamientos fronterizos de Sybuis, Collar y Pucara, alegando que eran parte de su concesión e ingresó al cerro de la sal; y en esa travesía al darse un desprendimiento de tierra, quedó al descubierto un gran yacimiento mineral que resultó ser de plomo y otros minerales menores; al parecer, este sería el antecedente histórico más antiguo que se tiene y se conoce de la mina San Vicente.
También en el libro, se habla de las haciendas que se fundaron en la zona: Hacienda “Santa Ana”, de Elías Gallegos; “Limonal”,  de Wihem Grey; “Palmapata”, de Lizardo Santa María; “Mazuyacu”, de los Buquenhan; y, “La Esperanza”, de Juan  Iramátequi.
En lo referente a la Mina San Vicente en sí, se indica que en la década del setenta Jesús Arias Dávila en sociedad con Alfonso Ballón Dasso, adquieren dicha mina de CENTROMÍN PERÚ, explotando de la misma zinc de muy buena ley. Que Arias y Ballón, invirtieron capitales, tecnificaron y la modernizaron, adquiriendo las más sofisticadas maquinarias, y capacitaron a su personal para una mejor explotación del yacimiento; y que,. Arias Dávila, en la última década del siglo pasado, adquirió las acciones de su socio Alfonso  Ballón Dasso, convirtiéndose en único propietario de la mina.
El libro ofrece una gama rica de historias, recogiendo temas de vivencias de los pueblos de la selva central, los que son recreados literariamente.



NOTAS:

(1).- “Lámparas de Minero”. Editorial San Marcos. 206 pp. Primera Edición 2006. Diseño de Portada: Juan Retamozo. Composición de Interiores: Blanca Llanos. Formato: 14.5 x 20. 5 cm.


(2).- Roberto Rosario Vidal. Nació el 3 de abril de 1948. Poeta y Narrador. Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas. Presidente, y Fundador de la “Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil”(APLIJ). En el año 2002 junto con la escritora uruguaya Sylvia Puentes de Oyenard y el escritor cubano Luis Cabrera Delgado fundó “La Academia Latinoamericana de Literatura Infantil y Juvenil”. Entre sus obras publicadas, tiene: “Inventario de Iras” (poesía); “Corcel de Fuego” (poesía); “Apocalipsis” (poesía); “Shica shica de Limón” (cuentos); “El Trotamundos” (cuentos); “La Villa Carmela” (cuentos); “El Tesoro de Kitakaiteri”; “La Conquista del Reino Enim”; “Los Sudacas”, entre otros. En 1984 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil. 

Sunday, September 17, 2017

ALGEMIRO PÉREZ CONTRERAS: EL DESPERTAR DE LA NUEVA POESÍA EN JUNÍN (Por Teodoro J. Morales)


ALGEMIRO PÉREZ CONTRERAS: EL 

DESPERTAR DE LA NUEVA POESÍA EN 

JUNÍN

Por Teodoro J. Morales



La poesía en el Departamento de Junín (Perú), tiene data antigua se remonta a una existencia que va más allá de una expresión escrita, podría decir que vivió en la expresión del mundo andino – en el mismo canto; bien Mazzi Trujillo, Víctor, dice “El canto es el latido creador de la poesía”.
En el ochocientos, de lo que se conoce, está inmersa en el folklore, pudiendo hablarse de una poesía costumbrista, pero, al fin, poesía. En esa expresión anterior “preponderaban los versos inspirados en la geografía física y social de la región. Para los autores, de estos tiempos, lo más importante en literatura era la identificación con la vida comunal y el terruño, la representación de la realidad, la transmisión del mensaje, y no la creación de un lenguaje literario. De allí que el idioma fuera pobre y desvaído. El aspecto artístico era completamente secundario. La belleza en sí misma, apenas si se intuía (1).
En su evolución, luego, presenta tantas propuestas de expresión (todas valederas, de acuerdo a su momento y a los recursos expresivos que se tiene); todo indica que, se vivió en una constante búsqueda de real expresión en este género.
La poesía, que se conoce del ochocientos y primera mitad del novecientos, ofrece una expresión provinciana con esas limitaciones tanto en la estructura formal como en la proyección de lo sustancial en cuanto a concepción de mundo.
Luego de haber revisado los testimonios poéticos que se dieron en el departamento, puedo afirmar: Algemiro Pérez Contreras (2) marca el inicio de una NUEVA POESÍA EN JUNÍN. El marca un antes y un después. La palabra asoma como creatividad literaria: (¡En qué, escudo o bandera, / en que árbol o cofre, / en que pájaro azul, / en que cielo de fé, / en que luna partida, / en que trozo de humanidad / habitará / el amor, amor?”).
El planteamiento poético que entrega, descubre la frescura, y ese despertar de real asombro; es algo que no se encuentra en la poética de los que lo antecedieron. Su expresión rompe los esquemas de una poesía tradicional, sale de aquellos moldes fríos sin imaginación y sin calor de vida. Para alcanzar el logro, claro que, ingresó por las puertas de la modernidad a un nuevo planteamiento de expresión, en el que la poesía se enriquece con nuevos giros que la técnica entrega como recursos (“Enferma estaba mi chola, /  mi chola se me moría; / dos, tres, veces canto el tuco, / miedo tuve de perderla.  (…) “Echando al tuco lisuras / ahuyéntelo del tejado, / Dos, tres veces cantó el tuco / y no amaneció el vecino”).
Manuel J. Baquerizo, dice “se puede sentir la voz de la sangre y de los antepasados, de la tierra y del ambiente; el regionalismo temático, lexicográfico y emotivo es visible en las estampas agrícolas y costumbristas, en los giros literarios locales, en los vocablos quechuas, en el sabor rural, y hasta en el sentimiento religioso y agorero”; e indica que, de esta vertiente “pasó rápidamente del cultivo de esta forma tradicional (de eminente carácter populista) a una poesía más elaborada e íntima, más intensamente subjetiva, y de gran rigor verbal” (3). La expresión de Algemiro no está reñida con una realización literaria auténtica, en ninguno de sus momentos; en el primero, recoge algo de una expresión propia de la cultura andina, y luego, se inserta en la expresión propia de la cultura occidental.         
El mundo mágico de superstición del mundo andino es rico y variado; el sufrimiento del hombre andino, se interioriza en su filosofía de vida. Esa lectura de hechos están como verdades eternas registradas en la memoria colectiva del pueblo. (“Los pajarillos trinando / se quitan de las alitas / toda su noche de cielos, / pero el cielo amanecido / nunca se nos va del todo, / nos deja siempre en el alba / mil andinelas dormidas”).
Alberto Chavarría Muñoz en “Una espiga ardiente en el corazón de Algemiro Pérez Contreras: Herida Innegable”, dice, fue “un lírico en esa pléyade de poetas combativos, antiimperialistas y de estirpe proletaria”; y que, “un ambiente polémico, hiriente y de definiciones, fue el que conoció”. La vida no le fue fácil, no lo es para nadie.  Nació, creció y vivió en un mundo lleno de conflictos, en el que consiguió afirmar con entereza una personalidad que le permite seguir viviendo.
Su obra es un todo, y en ella lo encontramos a él hablando de lo que le toco vivir. Dice (“Estoy en todo lo que existe,/ amor, de amor hablando./ Estoy en todo lo que miras./ En todo lo que tocas/ tu mano me da en el corazón./ Ámame en el agua, hilacha de cielo;/ ámame en la luz, hilacha de fuego:/ ámame en el viento, musical hilacha./ Estoy en todo lo que tocas/ tu mano me da en el corazón./ En todo lo tocado/ mi corazón tu nombre escribe”).
Fue dueño de un espíritu romántico. Amo la vida como pocos, le rindió homenaje, tanto que terminó entregándole la suya… (“Toda mi juventud la llevas tú./ Toda mi juventud va contigo./ Hermosamente me transportas/ De la nada a la más nada y te  bendigo/ mensajera, adorable mensajera”). Estaba tan compenetrado con su destino, que, como sabiendo de lo que le  esperaba, dice: (“sabed hermanos amigos compañeros/ aquí dejo la forma de mi voz/ amadla si queréis” (…) “yo solamente os digo/ mi voz es la de ustedes”).
En “Kamaq Maki” N° 1 de Enero –Marzo de 1988, p.8, se publican seis poemas de ANDINELAS, libro inédito que dejó. Hay necesidad que se publique el libro completo.
La temática, de este libro, es la realidad andina, asomando en su realización de vida; es el canto a la mujer andina. Ese sentimiento aflora con la dulzura, que ese milagro le pone a cada cosa. (“Cinco noches te he buscado / gastándome cinco lunas / por la luz de tu carita).
La vida es una eterna búsqueda, de ella misma. En cada momento de su realización asoma ese  milagro con hechos que enternecen y emocionan. Todo lo que ella entrega es como una bendición, como un justo premio a la constancia y al esfuerzo por llegar a la meta que todos tienen. Es el fruto que se recoge, como justo premio de lo que es querido (“¡…dime cuándo, / sobre tus senos maduros / ha de dormir mi canto, / con su mensaje de trigo?”).
Esa eterna búsqueda del contenido de vida, lo da el amor; ese sentimiento sublime, es energía que mueve todo; el que le pone música a la expresión del hombre.
El poeta remonta su expresión a esa profundidad: el tiempo, en el que la palabra se consubstancia con el canto popular: el huayno. El mundo andino, aún no ha sido rescatado en la profundidad de su propia cultura; pero existen testimonios, en el que se hace manifiesta esa preocupación por darle un sello personal a la expresión. (“Desde mis ojos te espero, / Andinela / de alma andina, / como sonrisa del Ande, / viento o suspiro helado, / sobre mi voz y mi canto / quiero que tú me llegues”).
El amor es el bien preciado, la panacea de felicidad; ello llevó a una constante búsqueda de formas para la expresión, y las imágenes nacieron y patentaron el sentimiento del pueblo.  La naturaleza y su embrujo, siempre esta como marco. Se puede decir muchas cosas; pero el verdadero corazón de la poesía, es el amor como razón de vida. Ese sentimiento puro es el que construye universos; aquella fuerza pertinaz es esencia de lo que existe como naturaleza viva o como naturaleza muerta. No todos entienden el real significado de la palabra, y la función que tiene. La grandeza del poeta es transfigurar la vida y los hechos en su expresión, dar magia a su palabra, para hacer hablar hasta al silencio. (“y ahora estás / más allá de mi sino / y de todos mis olvidos / resplandeciente / hiriéndome / en el tiempo y la memoria”).
Hay un concierto de vida, en el que asoma la naturaleza con todo lo que en ella existe. En el quehacer poético de Algemiro Pérez Contreras, se hace manifiesto una constante búsqueda de real expresión. “ANDINELAS”, parece que señala el principio de una voz personal; un estilo, en el que esta esa realidad con sabor a lo nuestro. (“En la insondable oscuridad / de tu mirada / veo mil senderos rojos, / no sé cuál de ellos tomar, / no sé cuál conduce a las raíces / de tu ser interno”).



NOTAS.

(1).- “La nueva poesía de Junín Algemiro Pérez Contreras: El Amor y su Expresión Poética”.- Manuel J. Baquerizo. Revista METÁFORA HUANCAYO 1, Abril-mayo 1991, p. 17.
(2).- Algemiro Pérez Contreras: Nació el 30 de diciembre de 1934. El 28 de julio de 1960 falleció, junto a 25 alumnos, en el accidente  de Ocros (Ayacucho), en el viaje que realizaba la Promoción del Colegio Nacional “Santa Isabel” de Huancayo con destino a la ciudad del Cusco. Estudió en la ahora Universidad Nacional de Educación “Guzmán y Valle” (La Cantuta). ejerció la docencia en al Gran Unidad Escolar “Santa Isabel” (Huancayo) a partir de 1958. Fue integrante del Grupo Intelectual Primero de Mayo. En 1957 con Antonio Gálvez Ronceros publicó la Revista Literaria “Diásfora”. En los Cuadernos “Prólogos del Alba” y “Nacimiento del Canto”, se publicó textos suyos; y, edito con Jaime Galarza Alcántara los Cuadernos “Formas de la Voz” y ”Honda Tierra”. Fundó y Dirigió la Revista “Antorcha Estudiantil”. Publicó: “Herida Innegable” (Chosica – 1957); “Biografía del Amor” (Huancayo – 1958).

(3).- “La nueva poesía de Junín Algemiro Pérez Contreras: El Amor y su Expresión Poética”.- Manuel J. Baquerizo. Revista METÁFORA HUANCAYO 1, Abril-mayo 1991, p19.

Saturday, September 9, 2017


CRONWELL JARA: LA BELLA EXPRESIÓN EN LA 

POESÍA

Por Teodoro J. Morales



Cronwell Jara Jiménez (1), es narrador por excelencia; y en “Colina de los Helechos” (2) lo encontramos en la poesía.
Poemario breve, en él reúne catorce poemas. Luego de leerlo, me invita a escribir este texto valorativo; lo hago, tomando ese universo de expresión como un todo, y en esa dimensión: encuentro en este poemario a la ausencia hablando de esa soledad de siempre que acompaña a todos. El poeta, empieza diciendo: (“Nada he vuelto a saber de ti/ desde que te fuiste de la aldea sin avisarme / y no sabes cómo, vanamente/ te he llamado casi enloquecido, de una colina a otra” (…) “¿Adónde fuiste? Ni tú lo sabes bien./ Tú sólo llegas como derramando lilios, desde siempre/ donde yo te sueño, me lo dicen, sorprendidos, los rocíos”).
La soledad siempre estuvo en uno, en toda la hondura de ese misterio que lo envuelve; y estará, hasta donde la vida se lo permita, en esa eterna huida del todo y de la nada. En ese eterno conflicto de existencia, creció toda esa aventura nuestra, que el poeta lo descubre en su palabra.
La poesía china no conocida por muchos, en su honda belleza, encierra mucha sabiduría. Por lo visto, Cronwell se acercó a ese universo maravilloso y heredó de ella su versatilidad y dulzura de expresión.
El poeta, dice: (“A la cristalina espada opongo la línea de un verso,/ inútilmente el filo del metal osaría abrir en dos la/ montaña,/ pero mi corazón si puede unir dos mundos/ con un puente de crisantemos”.- “Li Tai Po Recoge una Vieja Espada).
En todas partes, a diario, se publica “poesía”, huérfana de alma, expresión muerta que no dice nada; y aquella se da, como un simple ejercicio de búsqueda ciega de la forma, a la final: no dice nada.
El poeta, no se preocupa de entregar extensos discursos. La poesía no lo exige; la buena poesía, concreta síntesis de expresión. Cronwell Jara, en catorce poemas, descubre hondos misterios de vida, y los hace hablar en un lenguaje que respira en el espíritu de todo el que lee lo que escribe.
Leo “Paisaje de la Sierra Norte”, y encuentro a la soledad inmersa en una ausencia: (“Cuántas veces he vuelto a cruzar el puente colgante/ del ciruelo,/ del que cuelgan, grullas y flores, las lianas del crepúsculo/ sobre el gran lago;/ ¿y fue sólo una vez que contigo lo cruzamos!. (…) “Solo está desde entonces para siempre/ por mucho que lo transiten multitudes de hombres y mujeres” (…) “triste, parece te espera a veces/ entre la lluvia y el abismo/ como una rama desgajada y todavía floreciendo” (…) “Bastó esa noche, y ya sin fin, su soledad florece:/ Se repite por tu ausencia, cada vez mil veces”.- “Paisaje de la Sierra Norte).
La belleza siempre estuvo presente, en todo lo que existe; en más de las veces, resulta que uno -en la vida- pasa ajeno a todo y no bebe en sus ojos la belleza que ella entrega (“Solo, este aire, vacilante y enlazado el iris fino/ del trino transparente, chispeante/ y oculto en el corazón de su plumado círculo”. --- “Sólo, este espacio, esta loma en lluvia de lirios/ pincelada en peciolo de rocíos y niebla ondulante/ en lento, meditativo remolino”. --- “A través de esta diáfana soledad, la soledad misma/ suspendida, a su vez, parece/ en la espiral de otros más hondos e innumerables vacíos/ (Amor mío   amor mío/ cuánto no te he llamado, cuánto no te he buscado/ y preguntado por ti, ciego, a todos los elementos;/ y cierres con tus dedos de claveles, con tus/ palabras de oro,/los procelosos pórticos de este corazón/ que sin ti, me precipita a todos los abismos… “”Poeta Bebiendo sobre el Velero”)”.
La vida y su eterno conflicto, siempre nos enfrenta a esa eterna lucha con esa soledad que nos acompaña como una sombra en nuestras vidas, con la que se vive en eterna contienda: (“¿Habrá otro guerrero de la enemiga tribu/ a quien aflija esto que este guerrero cavila/ y esté predestinado a caer bajo mi flecha?.--- “¿Gozará de los placeres del vino, y también/ contemplará los ascensos y descensos del buitre,/  aquel otro, que a su vez afila la flecha/ que, inexorable y predestinada, se incrustará en mi?”- “Adivinación en los Espejos).
Es posible que otros que lean “Colina De Los Helechos”,  encuentren y descubran otros ángulos de riqueza expresiva en el libro, que así sea; en la lectura que hago, encuentro hablando a esos silencios del poeta en esa soledad y una ausencia.



NOTAS.-

(1).- Cronwell Jara Jiménez, nació en Piura en 1950. Licenciado en Literatura por la UNMSM. Dirigió el TALLER ITUNERANTE DE NARRATIVA BREVE. Tiene muchos reconocimientos: Primer Premio de Cuento en el Concurso “José María Arguedas (organizado por el Instituto Peruano Japonés) 1979; Primer Premio ENDAR-PERÚ, Cuentos para TV, 1979; Primer Premio COPE de Cuento 1985.  Ha publicado: “Hueso Duro” (1980); “Montacerdos” (1981); “La Huellas del Puma” (1986); “El asno que voló a la luna” (1987); “Patíbulo para un caballo” (1989); “Babá Osaim, cimarrón, ora por la santa muerta” (1990); ”Esopo, esclavo de la fábula” (2006); “Cabeza de nube y las trampas del destierro”; “Manifiesto del ocio”; “Academia de la tristeza” (2010); “Puma dos Cristos” (2015), “Faite” (2016), y otros.
(2).- “Colina De Los Helechos”, 20 pp. Editor: Michael Alberto Jiménez Melchor. Diagramación: Uchu. Fotografía del autor: Rodolfo Moreno. Primera edición, Mayo 2017. Tiraje 200 ejemplares. Se terminó de imprimir en LA MADRIGUERA TALLER, en el mes de Mayo del 2’017. Formato: 14. 5 x. 20. 5 cm.