Sunday, April 1, 2018

TARMA EN LA POESÍA (Escribe: Teodoro J. Morales)



TARMA EN LA POESÍA
Escribe: Teodoro J. Morales
 

La belleza de Tarma, y su clima inmejorable, de seguro, influyo en mucho, a que la inspiración paseara por esas alamedas que tuvo antes esta ciudad.

La Poesía en Tarma, tiene una tradición que se pierde en la hondura del tiempo. La que llega a nosotros es aquella expresión escrita, inmersa en la poesía en el folklore, es decir, la que vive en las letras de los Huaynos y Mulizas que se cantan año a año en los Carnavales Tarmeños, la que fue evolucionando hasta ingresar a nuevos momentos que le permitieron alcanzar una realización como expresión literaria.
Los exponentes de la Poesía en Tarma, nacieron, y se realizaron por propia inquietud personal. Escribieron, y publicaron en periódicos y revistas de su momento; pocos fueron los que consiguieron publicar libros; por eso, quizá, nadie se intereso por ese trabajo realizado; al punto que, muchos de esos poetas habían pasado al olvido.
Cuando se habla de la Poesía en Tarma, casi todos se quedan en un conocimiento referencial de uno u otro, pero, nadie se interesó en leer lo que aquellos escribieron.
Revisando el acontecer cultural de Tarma a través de su historia fui conociendo a uno y otro, y descubrí que mucho de lo que aquellos escribieron, guarda testimonios de una Tradición Cultural en Tarma, y decidí escribir sobre ella; y tomándole palabras a Enrique Herr, puedo decir: “nosotros no tenemos que inventar historia; no tenemos que buscar precursores: los tenemos, ellos han estado en casa i son ellos los que sembraron la semilla cuyos frutos de tolerancia, i antifanatismo los cosechamos, i a esa sombra…” nació y se hizo, todo aquello de lo que somos dueños.
La Tradición Literaria en Tarma, no comienza ahora; siempre vivió en el espíritu de los hijos de esta tierra. Hay que seguir interesándonos por descubrir ese patrimonio que nos legaron los que nos antecedieron, y sobre esas bases proyectarnos hacia la realización de una obra más ambiciosa a todo aquello.
                         



                                                            
MÁS ALLÁ DE LAS EMOCIONES PURAS
                 
Muchos han tratado de definir a la poesía, pero, las palabras siempre resultaron cortas para alcanzar ese cometido; se dice que es “la lengua materna del género humano” (Benedetto Crocce); que es, “la vida misma” (Rilke); o que es, “la expresión del alma” (Rubén Darío); en verdad, es todo eso y más.
La poesía, en su esencia, es la suma de todas las verdades juntas: es luz. No tiene tiempo: es eterna. Esa frescura y lozanía que la caracteriza no la perderá jamás. Con su sensibilidad (el poeta) ingresa a dimensiones, a los que no llega el resto. Es algo que esta más allá de todo lo que se conoce. Es el anunciador de lo que viene. Es la boca a través de la cual habla todo lo que existe. Muchos se quedan en la forma, a la que se encadenan como algo obligado; esos, terminan tallando imágenes muertas que no hablan. El fruto de aquello, se parece a todo lo que no tiene alma.
La poesía es vida: su expresión tiene una plasticidad que le permite ir más allá de todo lo imaginable. Existe de manera eterna, no muere.
Emilio Castelar decía, cuando “el hombre siente que hay algo más allá del mundo material, si, algo que comienza donde el espacio y el tiempo concluyen, algo que es libre, que es eterno, que posee la idea de lo infinito, que lleva en sí la medida de todas las cosas, el espíritu, en una palabra, el gran arte”, nace lo real maravilloso, la expresión con todo aquel encanto mágico que lo hace inigualable en todo. “El espíritu que comprende la naturaleza, y ha deletreado su jeroglífico, y ha descompuesto el agua y el aire en sus más sencillos elementos, y ha encadenado al rayo, y ha anotado con su matemática sublime las armonías de las esferas, la música de los orbes, el eterno Hossana de la creación, ese espíritu necesita lanzar sobre ese mundo de maravillas y de milagros otro mundo mejor”. Si entendemos lo que significa y representa  todo eso, entonces, podremos decir que tenemos noción de lo que es: la poesía.
La poesía es misteriosa: “Dios le ha dado alas y cánticos y mirada penetrante y audacia, para que nos anuncie la alborada de los nuevos días del espíritu”. Eso de si solo dice, que, todo lo que se escribe y se publica no obligadamente es poesía.
No todos tienen noción de lo que es LITERATURA, muchos, creen que es  el acto de un simple escribir por escribir. No es así de sencillo. Hay una realidad compleja que no es fácil de definir. Muchos han tratado de resolver el problema con formulas abstractas, las que a la final no dicen nada.
La literatura en sus orígenes es todo un enigma. Muchos se han preguntado “como y de qué manera usamos el lenguaje para expresar las emociones que sentimos, los pensamientos que pensamos y como todo esto  –emociones, sentimientos, actos, pensamientos-  se convierten en literatura”; y como lo he indicado antes, esas interrogantes esperan una cabal respuesta, que no se alcanza a dar.
En el caso particular de la poesía: “El poema posee una innegable unidad de tono, ritmo y temperatura. Es un todo. O los fragmentos, vivos aún, todavía resplandecientes, de un todo. Más la unidad del poema no es de orden físico o material: tono, temperatura, ritmo e imágenes poseen unidad porque el poema es una obra. Y la obra, toda obra, es el fruto de una voluntad que transforma y somete la materia bruta a sus designios. En ese texto en cuya redacción apenas ha participado la conciencia crítica hay palabras que se  repiten, imágenes que dan nacimiento a otras conforme a ciertas tendencias, frases que parecen alargar los brazos en busca de una palabra inasible. El poema fluye, marcha. Y este fluir es lo que le otorga unidad. Ahora bien, fluir no sólo significa transcurrir, sino ir hacia algo; la tensión que habita las palabras y las lanza hacia delante, es un ir al encuentro de algo. Las palabras buscan una palabra que dará sentido a su marcha, fijeza a su movilidad. El poema se ilumina por y ante esa palabra última. Es un apuntar hacia esa palabra no dicha y acaso indecible. En suma la unidad del poema se da como la de todas las obras, por su dirección o sentido”.
Con la poesía (los que la escriben) tratan de encontrar un lenguaje de las emociones. El poeta, “habla de lo que todos saben, sienten y ven” (Antonio Cisneros); con la poesía, se trata de dignificar la realidad poniéndole un lenguaje especial. Emilio Adolfo Westphalen, señala que “la constitución del poema es el medio por el cual el poeta se reconoce y se sitúa en la vida”; por su parte, para Unamuno el “Poeta es el que desnuda con su lenguaje rítmico su alma”.
Es cierto, que “La poesía cultiva, enriquece y fortifica el espíritu. Nos hace más humanos, más libres”. En tiempos como el que se vive, no solo la ciencia y la técnica han evolucionado: también lo ha hecho la expresión literaria, y en particular la poesía; ahora “se educa con la poesía para que el hombre desarrolle su conciencia de conocimiento, creación y creencia, que le permita transformar la realidad de manera positiva en bien de sus necesidades”; eso, permite formar esa conciencia social que es la que dinamiza la acción de los pueblos en su desarrollo. Como lo entiende Hora Zero: “El acto de crear exige una inmolación de todos los días, porque definitivamente ha terminado la poesía como recreación”. El poeta nace, no se hace; y el que lo es, asume esa función con convicción.
Hay que recordar, lo que quería Max Dextre: “Tenemos que tener el coraje de realizar nuestros sueños”, sin olvidar que, la poesía es: “convertir el ultraje de los años / en una música, un rumor y un símbolo” (Jorge Luis Borges).
La poesía no es de exclusividad de uno u otro país, ni de una u otra ciudad; esa expresión se dio en todas las comunidades humanas. En el caso de nuestro país, se creyó que (ella) solo se cultivó en Lima como trabajo exclusivo de élites determinadas; ese error, llevo a desconocer el valor del trabajo realizado en  provincias, cometiéndose injusticia con muchos exponentes. Todo se supedito a Lima, desconociéndose valor a todo el resto. Víctor Mazzi Trujillo, en sus investigaciones por conocer el desarrollo de la poesía en el Perú, llegó a hacer deslindes importantes; y señala, que “No todo pues ha sido por suerte literaria de clérigos durante la época de la colonia ni tampoco de gravísimos doctores en los albores de la República”.
En definitiva todos los pueblos tienen una expresión cultural, y en ella, exponentes de una poesía. En el caso de Tarma, luego de revisar lo que se hizo a través de su historia cultural, encuentro una realización poética. La poesía tienen muchas vertientes, todas válidas – desde mi punto de vista. Unas tratan de reflejar la situación social en la que se encuentran los pueblos, ardiendo en sus emociones, en su búsqueda de realización de la persona, entonces se habla de una poesía social; otras buscan la realización de la palabra en su aspecto formal como expresión de belleza, entonces se dice poesía pura. En fin, una y otra: es poesía.



LA POESÍA EN EL PERÚ ANTIGÜO

En la expresión de toda comunidad, siempre se encontrará: La Poesía. Esta en esencia, es la vida misma; en su corazón, esta aquella verdad mayor que todos buscan: la armonía, como razón de  ser de todo lo que existe: en ella, esta la belleza como lenguaje de los dioses. Eso representa no solo perfección en la forma, sino una verdad mayor (absoluto) de todo lo que existe.
En el Perú Antiguo existió poesía, aunque muchos pretendan negarlo. La poesía no es exclusiva de España, ni nace como algo exclusivo del idioma castellano. La poesía esta presente  en la expresión de todos los pueblos, y en el Perú Antiguo existió.
El Inca Garcilaso de la Vega, en sus “Comentarios Reales de los Incas” anota: “Diremos de los Incas, de sus Leyes y Gobierno y Habilidad, que una dellas fue que supieron componer en prosa, también como en verso, fabulas breves y compendiosas por vía de poesía, para encerrar en ellas doctrina, moral o para guardar alguna tradición de su idolatría o de los hechos famosos de sus reyes o de otros grandes varones (Libro II. Cap. XXVII),” y,   Luis E. Valcárcel, en "Etnohistoria del Perú Antiguo" (Historia del Perú  - Incas) dice "Los antiguos peruanos cultivaron todos los géneros de la poesía", p.173.
Edmundo Bendezú, dice que: en el Perú Antiguo “no (se) utilizó la escritura como un medio de expresión artística, sino el aspecto oral de la lengua”; y que, “así como hay una literatura peruana en español, también existe otra literatura peruana en quechua”; distinguiendo como características de la literatura quechua: a).- básicamente, originariamente fue y aún ahora lo sigue siendo, es una literatura oral (su composición se hace mediante la memoria: los versos o cantos se memorizan;  incluso existen formulas que permiten recordarlos; b).- es una literatura esencialmente popular, a diferencia de la literatura en español que era señorial; y, c).- es una literatura vital, en el sentido que no se lee en las bibliotecas, sino se oye en las calles y los campos, alrededor de un fogón o en las faenas (la transmisión de esta literatura no es por medio de libros, sino a viva voz.
El que sea oral, popular y vital, no quiere decir que la literatura quechua no haya accedido a la escritura. No se sabe aún si los incas tuvieron escritura o no. Y los únicos textos que tenemos son los que recogieron los cronistas y pasaron al español.
Bendezú, sostiene que: El primer poeta peruano no fue de origen hispano, sino Inca”; y que el cronista indio Juan de Santacruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua recogió uno de los poemas que Manco Capac recitaba como plegaria religiosa; aquella dice: (“¡Ah Wiraqocha, señor del origen! / Que esto sea hombre y esto mujer, / poderoso dueño del manantial sagrado, / maestro de sortilegios y misterios. / Dónde estás?” --- “Es que no puedo verte?/ ¿Dónde esta tu trono de gran señor?” / ¿Arriba, abajo, al través? / ¡Respóndeme! Te lo ruego”).
Al parecer, es el primer poema peruano. Se trata de una interpretación de Dios, diferente a la del misticismo fanático español. El antiguo peruano concebía a Dios como un absoluto, algo que esta más allá de todas las suposiciones creadas por las religiones. Ese tema no es materia de este trabajo.
Luego de lo expuesto, queda en claro que: la poesía en el Perú tiene que ser tratado, en dos momentos diferentes y diferenciados: A).- El que se encuentra adscrito a una literatura auténticamente peruana, aquella que se da antes de la llegada de los españoles; y, B).-la adscrita a una literatura estrictamente española, que se da luego de la llegada de los españoles. En el presente trabajo me voy a referir al segundo momento, o sea la que se da luego del establecimiento de los españoles en la ciudad de Tarma, dentro de lo que me ha sido posible descubrir –claro está.
La poesía esta donde la vida respira con libertad, es algo así como el aire que habita en todas partes; o como el agua, que corre en busca de esa verdad que lo espera desde siempre en el mar. La poesía, esta ahí donde los sueños se levantan como nuevos soles para iluminar con su luz nuevos espacios.
La poesía es aquella energía que permite crear nuevos universos, desde la nada; esto quizá pocos lo entiendan. La poesía esta presente en todo lo que existe, sin que muchos lo adviertan. Es aquella fuerza que hace hablar hasta a la naturaleza muerta.
No todos nacieron para hacer del arte de escribir: poesía. Hay que tener sensibilidad, para sentir como late la vida en cada cosa, para descubrir los misterios de todo lo que nos asombra,  para hacer hablar a los silencios.
Muchos quieren escribir, pero en su intento solo sale su incapacidad hecha palabra. Es triste la verdad, cuando descubren que el producto de aquello no tiene alma. Es algo frío e inanimado; materia inerte a la que le hace falta aquel soplo de vida que lo haga eterno, aquello, sólo lo saben dar los auténticos creadores, esos, le saben dar vida a todo lo que tocan con su genio. Eso, es una manera de dar vida: muchos no lo entienden.
He leído poesía, a más de ello escribo; eso me permite valorarla en su real expresión, dentro de su   contexto; para mí, la poesía en cualquiera de sus expresiones es válida. Ella transmite belleza y verdad, en uno u otro nivel de expresión. La belleza esta ahí, hay que saberla encontrar; y lo que es más, saberla entender. El valor expresivo de una obra artística o literaria, hay que saberla ubicar en una imagen o en un símbolo. Aquel que pretende negarle valor a ella en base a consideraciones ajenas a la misma expresión, comete un grave error.
La Poesía en Tarma tiene todo un proceso en su desarrollo, de la etapa prehispánica no se tienen testimonios que permitan expresar juicio sobre ella, los españoles con su llamada política “extirpación de idolatrías” destruyeron gran parte de la Cultura del Perú Antiguo; por lo mismo, me referiré a la expresión que surge luego del establecimiento de los españoles en Tarma.