Saturday, January 27, 2018

FELIX HUAMÁN CABRERA: EL LENGUAJE OCULTO DE LAS COSAS (Por Teodoro J. Morales)


FELIX HUAMÁN CABRERA: EL 

LENGUAJE OCULTO DE LAS COSAS

Por Teodoro J. Morales




No todos tienen la facultad para ver el lado oculto de las cosas. Félix Huamán Cabrera, en “Valle de Retamas” (1), le descubre un lenguaje al mundo material, en su naturaleza muerta. Es una posibilidad la que ofrece, la que permite descubrir una nueva visión del universo. En esa dimensión trata de encontrar una verdad.

                         este viento que en hojas prende fuego,
                         este fuego de agua y de cariño,
                         este hombre, esta nada,
                         esta agua de tropel y de tormenta,
                         eres, corres, lloras
                         y te pierdes, Mantaro,
                         en los labios de las breñas.

Félix Huamán, le da alma a esa naturaleza, a la que Dios no le dio palabras a semejanza nuestra, para expresarse. Descubre para todo, un lenguaje. No todos pueden percibir la grandeza que encierra cada cosa. El poeta saca a flor de piel, la vida que palpita más allá de lo que uno ve.
En esta búsqueda el logro es mayor, toda vez que alcanza a rescatar la verdad más allá de la palabra; tanto que uno se hace río, agua o viento. Todo se trastoca y cobra vida. En ésta particularidad, encuentro el logro de este libro.
Hay un descubrimiento de la naturaleza material, más allá de la piedra inerte. No es la forma exterior la que presenta. No es el vestido de las cosas, el que detalla; bien sabe, que la verdad no hay que buscarla en la cáscara o vestido, fuera o encima de la piel.  En el aliento inmaterial que es el fuego de la vida, palpita lo eterno: sólo el espíritu, es el que sabe de su presencia y su misterio.
El poeta consigue interiorizarse en la naturaleza muerta de las cosas, hasta encontrarla; su palabra da testimonio de ello.  Eso hace que su visión tome una nueva proyección en la poesía.   Rompe aquel límite tradicional, para crecer con esa libertad del aire, y ser luz.
En el libro encuentro, igualmente, una remembranza antigua. Hay una nostalgia dulce, como sostén y energía que lo mueve.
(“Allá quedó mi madre / contando mis pasos en el patio / cuando peinaba, los cabellos / de Tania, en el amanecer. / Tejiendo después penas cuando el sol era carta / del niño que escribía: / “que todo iba muy bien”. / Allá quedó mi madre, / mis juguetes de barro, / los amigos y hortigas y tréboles / que forjó mi ilusión; quedaron  los papeles, / mis besos en neblina / y mi canto también”. – Para entonces mi padre ya se había ido lejos / por donde se van los hombres, / después de haber vivido, / para no volver”.
Félix Huamán Cabrera en “Valle de Retamas” nos descubre ese lenguaje con el que se expresan las cosas, en el que nunca envejece. Hay un despertar de ese algo que permanece dormido dentro de todo.


NOTAS:

(1).- Félix Huamán Cabrera. “Valle de Retamas”. Dibujos de Josue Sánchez. Huancayo, 1977. Ediciones “Retama”. (s. p.) Edición a Mimeografo.

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