TULIO MORA: UNA POESÍA QUE ASUME LA REALIDAD QUE SE VIVE
Por Teodoro J. Morales
Hay tanto de valioso, en
todas partes; lo triste es que… los más, lo ignoran o no conocen de esto.
Muchos no tienen la suerte que eso llegue a ellos, otros por mezquindad no
hablan de su existencia y tratan de esconder aquello que es como luz, por temor
a que el pueblo despierte y tome consciencia del porqué de su desgracia. Eso,
es propio de aquel academicismo del que se sienten orgullosos los que viven
bajo su sombra.
Tulio
Mora (1), es un poeta con obra que habla por sí sola. “CEMENTERIO GENERAL” (2) se hizo merecedor al primer premio del Concurso Latinoamericano de Poesía
(organizado en 1988 por el Concejo de
Integración Cultural Latinoamericano - CICLA). El Jurado (Enrique Linh,
Carlos Germán Belli y Alberto Escobar), refiriéndose a esa obra, dice “es una
extensa composición que intenta seguir el hilo de la historia peruana
reinterpretando tipos humanos que personifican los conflictos de una sociedad”,
destacando “la habilidad del autor en el uso del versículo, el entramado de
heterogéneos niveles de lenguaje, la coherencia y la fuerza del trabajo”. La
crítica, ha indicado que: se trata de una obra unitaria en la que personas de
diversos tiempos, desde los habitantes de las cuevas hasta la actualidad,
monologan en la tumba sobre su vida entrelazada con la trágica historia
peruana.
El
primer libro de Tulio Mora es “Mitología”,
es un poema integral, el que “recoge un registro colectivo de voces: yo, el
otro y el nosotros. Todas las individualidades convergen, combinan y se
amalgaman en una formulación poética polidimensional, en la que el verso sirve
de vehículo a temas narrativo y en ocasiones, a un tema argumentativo que lo
acerca al ensayo, lo audio visual y lo periodístico” (Consuelo Hernández”.-
“Voces y perspectivas en la poesía latinoamericana del siglo XX”).
En
1994, Tulio Mora, consiguió el segundo lugar en el Premio COPE de Petroperú. “PAÍS INTERIOR” (2010), “tiene como tema
central la infancia y los paisajes de su memoria”; él dice, es una “manera de
rendir homenaje no sólo a mi familia, a mi origen, a una edad disfrazada de
eternidad, sino a todo el valle del mantaro, que siempre será mi santuario, y a
sus habitantes”.
En una
entrevista que se le hizo, dice “desde “Oración
frente a un plato de col”, o antes, “Mitología”
incluso, tenía una concepción de que cosa era un libro; para mí un libro no es un conjunto de poemas, el libro es una unidad,
hay que verlo como una visión coherente, incluso de continuidad”.
“Simulación de la Máscara” (2007) para
Sebastián Pimentel “es un libro en el que hay mucha voluptuosidad en el
lenguaje, pero también hay una economía, una brevedad del poema, de los versos.
Hay un ritmo cortante, un rebote de imágenes y de sentidos siempre recortados, ajustados, que son
concentrados. Que reivindican el límite de la palabra, a su cuerpo de sonidos,
a su materialidad”.
“Cementerio General”, tuvo una tirada de
mil ejemplares. Pregunto ¿Cuántos saben de su existencia, cuántos lo leyeron?
Traten de encontrarlo, y lean el libro; luego, entenderán muchas cosas, verán
con realismo lo que nos toca, y de seguro asumirán con sentido responsable el
papel que les toca cumplir como actores en ella.
En este
libro, el poeta, sale en mucho, de aquello a que nos tiene acostumbrado la
literatura en nuestros pueblos. Pablo Macera, indica que el poeta “Busca en el
proceso histórico nuestros hechos reales, paradigmas de acción, de dichas o
heroísmos para presentarlos desde adentro de ellos mismos e iluminar sus
potencialidades con una luz fuerte: la
luz poética”; y que, “es una poesía
insólita porque se propone un doble rigor formal, histórico e imaginativo”.
Leo el libro, y encuentro al poeta, diciendo: (“Eran los años 50, Lima
no quería salir/ de su aire de egoísta placidez/ mientras llegaban los
paisanos,/ los uruguayos, los quesos,
con ojotas/ llicllas chullos- que jamás fueron lavados/ con jabón o detergente
ni sus dueños entendían/ el nuevo idioma de los avisos luminosos./ Llegaban de
los desiertos de la luna/ en pleistocénicas olas migratorias,/ perseverantes en
las mismas perseverancias:/ tener un sitio y picar las migajas del festín”. (…)
“Y Lima creció, pero no como previó el
alcalde, / con inmigrantes europeos, sino como previeron los hambrientos./
Invasiones dolorosas, apasionadas, epopéyicas,/ a veces cursis, siempre
trágicas,/ con muertos por las balas y
los sables de la GC,/ con velatorios vigilados por piquetes y banderas,/
mientras las hormigas devoraban los cadáveres/ y el cura hacia una misa/ que
tenía de asistentes a burros cabras chanchos/ entre la multitud desesperada./
Invasiones con ministros renunciados, inmobiliarias/ interesadas en el
desarrollo de la industria/ de la construcción,/ invasiones con clanes
regionales/ con nuevas calles cuyos nombres/ tienen extrañas adiciones
CDM4L26S105/ (calle D manzana 4 lote 26 sector 105),/ o los nombres de los
muertos/ o de los que se quedaron en la sierra” (…) “Porque antes del tiempo de
lo bello/ es el tiempo de la venganza y del horror”).
Para
muchos, quizá, el poeta sea un descreído a ultranza en su expresión, por hablar
con desenfado, por romper aquellos esquemas aprendidos en los que se disfrazaba
la verdad que se vive a diairio: “Diez
intelectuales de ciudad/ valen menos
que un solo campesino”.
Para
Isabel Córdova, Tulio Mora, es un “Poeta seducido por el mundo mágico, por las
hierofanias míticas que a las claras nos muestra su procedencia andina”, que
“construye sus versos con pulcritud y finura”. Creo que, no podemos encerrar la
expresión de este poeta dentro de esquemas como esos, el poeta en su expresión
se abre a horizontes mayores. MORA, no es solo un creador de poesía, es un
teórico de ella. En un MANIFIESTO, fechado el 4 de Julio del 20’14, dice: “Los
poetas de hoy no escriben con altura e indignación”. (…) “La poesía peruana
joven es conformista con el sistema”; dice: “Hora Zero (él es un integrante de ese movimiento) está contra de los poetas que no ven el presente,
sino que se esconden en el cultismo, el futurismo y la globalización”,
y, por lo mismo: “esta en la
obligación de ser vigencia contra esta poesía inconsecuente que no quiere
asumir su tiempo, sino que lo niega”.
Esas
reflexiones, le permiten formular planteamiento, y decir: “Si la poesía en vez
de hablar de un futuro globalizante, tocara los gravísimos problemas que se
vive, y se volviera a escribir sobre los temas que siguen siendo los escombros
a los que se alude en “Palabras Urgentes”,
tendría que cultivar “una poesía integral” (…) “Alucinar puede ser poético pero no es ponerse a la altura de loe
escombros que debemos poetizar”.
La
realidad de vida cambio a poco, en todas partes; y ello, sorprendió a todos. El
poeta, dice: (“Eran los años 20. Mucha
ruda aromaba/ el inicio de la patria
Nueva de Leguía/ y un tranvía
atravesaba la ciudad/ como un gusano
devorándose a la noche” (…) “Cantar
un huayno en Lima/ entonces era como
en tiempos del corregidor Areche:/ herejia
que se descuartizaba,/ vergüenza
nuestra de domingo clandestino/ a
distancia más que prudencial del gusto criollo”.
Tulio
Mora, estudió literatura en la Universidad de San Marcos. Poeta de la
Generación del 70. Es uno de los teóricos más importantes que se tiene. Su
planteamiento, podría sintetizarse en estos versos suyos: (“No se puede transar en el poema cuando
la vida/ te asalta con
verdades atroces”.
El
tiempo, con sus cambios siempre escandaliza, asusta; pocos se atrevieron a
hablar de cara a la verdad. Muchos tratan de mantener esa realidad oscura, para
medrar eternamente. Los curas tienen miedo de perder el cielo y sus gollerías;
y que aquello corra la misma suerte, que la
excomunión y la santa inquisición;
esos, para salvar las almas y dar sus indulgencias, previamente recibían su
“favor divino” en oro; ahora, que no vengan con remilgos y esas cosas, podrían ser
juzgados; y de seguro, las verían negras.
Tulio
Mora en “Cementerio General”,
rastrea los hechos de una historia vivida; en la que, los que pasaron a
mejor vida, hablan de las desgracias que
les tocó vivir, en la que no se esconde nada, y se denuncia las atrocidades que
se dieron. Es la historia negra de los tiempos la que habla.
NOTAS:
(1).- Tulio Mora Gago,
nació un 15 de Febrero de 1948. Estudió en el Colegio Salesiano de Huancayo;
luego, en la Universidad Nacional de San Marcos. Es integrante de “Hora Zero”. Tiene publicado: “Mitología” (1977); “Oración frente a un palto de col y otros
poemas” (1985); “Zoología Prestada”( 1987), “Cementerio General (1989 – 1994); “País Interior” (1994); “Simulación de la Máscara” (2006); “Ángeles detrás de la lluvia” (2009); “Aquí
sobra la Eternidad” (2012)”; y, “Hora
Zero: Los broches mayores del sonido”
Antología. (2009).
(2).- “Cementerio
General” de Tulio Mora. Lluvia Editores, 109 pp. Diseño carátula: Walter
Ventosilla. Foto: Herman Schwarz, se terminó de imprimir en enero de 1989, en
los talleres de Impreffset, La Victoria. Formato: 15 x 21 cm.
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