Wednesday, March 28, 2018

LA SEMANA SANTA EN TARMA (Por Teodoro J. Morales)



LA SEMANA SANTA EN TARMA

Escribe: Teodoro J. Morales


La ciudad de Tarma, es una ciudad eminentemente religiosa, de acendrada formación cristiana. Tiene una tradición que se remonta a época de la Colonia. ¿En que momento nació aquello? Los españoles posiblemente fundaron la ciudad de Tarma un 26 de Julio de 1538, bajo la advocación de Santa Ana, su patrona.
Luego de la Fundación de Tarma, casi de inmediato, se organizó la Evangelización de estos territorios, encomendándose a los hijos de Domingo de Guzmán la atención espiritual de los Taramas.
El P. Meléndez en sus “Tesoros Verdaderos de las Indias”, indica que en 1540 el padre Tomás de San Martín “despacho al padre FR. Pedro de Ulloa a visitar las provincias de Canta,  Bombón, Tarma, Conchucos y Huaylas hasta hacer asiento en Huánuco”.
En 1548 los Padres Pedro de Vega y Alonso Trueno, salieron para el valle de Jauja hasta arma, cinco años después, Tarma ya figura como “parroquia dependiente de Jauja con cuatro frailes” (1553).
La Semana Santa recuerda la crucifixión de Jesús. Cada pueblo cristiano, con este motivo, dio origen a tradiciones que perviven hasta nuestros días.
Es del caso recordar palabras de Antonio Machado, cuando dice “·Quienes nacimos en Sevilla sabemos que la prueba regia de nuestra sevillanidad, de nuestra autenticidad, pasa por el eje de Semana Santa” (…) “donde somos lo mejor y lo más puro que nos da  el haber nacido en esta ciudad”. Santiago Orihuela Luque, fundado en eso, postula que “Todas las estampas católicas de esta festividad son netamente sevillanas, imágenes, figuras y celebraciones”. Dice igualmente, que “actualmente la ciudad de Sevilla conmemora la Semana Santa de la misma manera como se estila aquí, conservando sus raíces primigenias, sin  que el paso de los tiempos y las corrientes culturales le hayan mermado algo”(1).
La ciudad de Tarma, es una de las pocas que ofrece en “Semana Santa”, estampas costumbristas casi propias, con un  sello muy particular. Los Arcos y Alfombras de flores naturales, es algo, que la distingue. Nadie aún, ha podido precisar cuando empieza esto. La ciudad de Tarma, tiene Arcos y Alfombras de pétalos de flores naturales, las que son confeccionadas en estas fechas, año a año, por las Comunidades Campesinas, Barrios e Instituciones. Esta tradición al parecer se remonta a 1600-1650. Inicialmente lo realizaban los siete barrios de la ciudad (Tarmatambo, Huaricolca, Ninatambo, Sanyacancha, Urahuchuc, Carhuacatac y Andamarca). En 1999, se confeccionó la alfombra de pétalos de flores más larga del mundo (3,200 m2 – ochocientos metros de largo por cuatro metros de largo), registrada en RECORD GUINES.
La ciudad de Tarma no “ha perdido el tesoro espiritual que heredara de sus progenitores, y conserva incólume el caudal de sus virtudes místicas y sociales”. Esto que pudiera calificarse de demostración de fervor religioso común a todas las regiones del Perú, tiene en Tarma algo que la distingue y diferencia de las demás: “la costumbre de cubrir con  flores naturales varias calles de la población los días de Semana Santa. Las alfombras de flores naturales que tapizan las calles por donde han de pasar las sagradas imágenes de la procesión de Semana Santa”. El  refinamiento espiritual de un pueblo se revela en estas costumbres  folklóricas de hondo arraigo. No son sólo las familias acomodadas las que participan en la ejecución de estos bellos tapices perfumados, son también los indios comuneros de los siete barrios los que contribuyen con su emoción ingenua en esta obra de arte” (…) “los dibujos de mil clases: estrellas, medias-lunas, escudos de armas, pumas, círculos y cuanta bella forma puede idear la fantasía”; donde se mezclan las flores finas y costosa de los jardines aristocráticos con las florecillas silvestres de las chacras aledañas a la ciudad” (Tarma de Ayer/Tarma de Hoy”. “La Voz de Tarma”. Nº 9553. Sábado 11 Diciembre 1948, p.1).
Las flores típicas que se usan para la confección de los Arcos, son la rima-rima (tiene dos especies: la que lleva ese nombre de color gris amarillento, y, el para para, de color rojizo), la chunchita (chuncho huayta); la mashua mashua; el taulish; el shulu shulu; el marco o artemisa; la cuturrumansa; el puchpush; la antacushma; el huarauhuay; la retama; el ogausho; la verbena; la maucapaqui; alljupña chucun; la shogompa; la gayucsa; la cortadera; la savia; todas son flores silvestres. También se utiliza el penao penao; el huichiaj; el tantar; la flor de papa; el huallpa hualklpa; el tiamaj; gagachij; el arrayan y el ayrampo.
Las flores cultivadas que se usan en la confección de las alfombras, son: el clavel, la margarita, la madreselva; la rosa de la novia, la mosqueta, la clavelina; el lirio, la dalia, el crisantemo; el ajenjo, la primavera, el geranio; la hortensia, el pompo, la godesia; pendiente de reina, la pelargonia, el aster; el cosmillo, el alhelí. Esto no limita en forma alguna el uso de otras flores. Flor es flor. Toda aquella que pueda ser utilizada de seguro que se incorporara su uso en esta costumbre que se ha hecho tradición en Tarma.
La rima-rima. Es, según la creencia popular la flor preferida del Señor. Existe una leyenda que cuenta: que, en tiempos que la memoria no ubica, un extraño mal atacó a los niños recién nacidos, que impedía el desarrollo normal de las facultades del habla de aquellos; sus madres, pidieron a Dios tuviera misericordia y se apiadara de sus hijos. El Señor compadecido, ordenó a los Huaychaos que llevaran  en sus picos granitos de rocío que recogían de las nubes, y derramarán sobre las flores de estas plantas; y que, luego bajaran a los llanos y comunicaran a las madres de esos niños que con ramitas de esta flor chicotearan suavemente los labios de sus pequeños hijos, así lo hicieron; y aquellos niños alunto comenzaron a hablar. Por eso a esa flor se le llama rima-rima (flor que hace hablar).
Existe todo un ritual, la misma que se practica hasta nuestros días; al respecto: Las madres que tienen hijos recién nacidos en el ámbito rural, toman ramitas de rima-rima con las que chicotean los labios de sus pequeños hijos, al hacerlo entonan la siguiente canción en quechua (Rimay-rimallay / Niño-Guaguallay / Shimuyat-pakiranmi / Shimita-rebetakij / Rimay rimallay / Niño-Guaguallay”). Traducción al Castellano: (“Habla-Hablaras /*Niño-hijo mío /Que se rompa tu boquita / Que reviente tu lengüita / Habla hablaras / Niño-hijo mío”).
¿En que momento nace eso de los Arcos y Alfombras? Todos creen que su origen se encuentra en Sevilla-España, es el argumento fácil que se da, pero, en verdad, no hay que tomar las cosas a la ligera. Lo de la Semana Santa como expresión religiosa cristiana, sin duda viene de España; pero, lo de los Arcos y Alfombras es una expresión propia del Perú Antiguo, costumbre que con el correr de los años se insertó a la Semana Santa.
Garcilazo Inca de la Vega en sus “Comentarios Reales de los Incas”, dice: el Inca Viracocha luego e su victoria contra los Chancas, realizó una visita a su Imperio, al entrar en Antisuyo “Hicieron por los caminos arcos triunfales de madera, cubiertos de juncia y flores, cosa muy usada entre los indios para grandes recibimientos; cubrieron los caminos con flores y juncias por donde pasaba el Inca” (p.132). En “Panorama” (Revista de Actualidad. Año I. Nº 2. Marzo 19967, P.24), se dice: “Cuando los emperadores incas salían en sus andas de flores –una típica procesión del Tahuantinsuyo. Al recorrer las calles del Cuzco, a su paso las ñustas deshojaban flores a manera de alfombras, y, que las alfombras de flores de España tienen su representante mayor en la Semana Santa de Sevilla”.             
Es posible que Tarma haya heredado de Sevilla (España), algo de esta costumbre, pero, lo que heredamos de España, ha sufrido un mestizaje con el aporte propio de nuestras tierras. La expresión que se tiene y se conoce en Tarma, no se parece a la de Sevilla. Lo que ofrece nuestra ciudad actualmente, es una expresión con  sello propio, que lo distingue ante cualquier otra expresión.
Fortunato E. Cárdenas, dice: “A Tarma, sus barrios le sirvieron en las festividades religiosas y en las faenas de alfombrar las calles del cuadrilátero de la Plaza de Armas para las fiestas de Semana Santa; y, exhibir arcos de flores naturales en dichas fiestas” (“Tarma-Palca-Chanchamayo-El Pichis-El Río Negro”. Tarma, 1943, p.103).
El antecedente más antiguo que se registra, en cuanto a esta costubre, quizá sea el que da Antonio Moreno de Cáceres, quien rememorando hechos de su vida en Tarma en 1882, dice: “Debía pasearse por las calles una procesión. Momentos antes apareció  una partida de indios muy bien trajeados, llevando en los ponchos flores deshojadas, que arrojaban al suelo, formando frescos tapices de diversos colores y dibujos, verdaderas obras de arte, sin llevar ningún modelo que imitar. En seguida pasaba la procesión que era presenciada con devota unción” (“Recuerdos de la Campaña de la Breña”, p.42).
Como se ha dicho los Arcos y Alfombras de Semana Santa en Tarma eran confeccionados por las Comunidades Campesinas, y ellas son la proyección que nos legaron los Ayllos pre-hispánicos, ejecutada por las Comunidades Campesinas; recién en el novecientos las Instituciones y barrios de la misma ciudad empiezan a hacer las alfombras. En conclusión la costumbre de los Arcos y Alfombras de pétalos es algo que  viene del Perú Antiguo.
La confección de Arcos y Alfombras en Semana Santa en Tarma, según la tradición, tuvo todo un ritual. El Alcalde Pedaneo en las Comunidades Campesinas notificaban a los encargados del recojo de las flores, y al hacerlo aquellos observaban lo que la costumbre había establecido para el caso. Seis días antes del Jueves Santo, salían los propios hasta las alturas conocidas a recoger las flores. El día Miércoles Santo, al anochecer, estaban de retorno. Los de la comunidad los esperaban, y los recibían en medio del jolgorio de todos.- El Jueves y Viernes Santo, en cada barrio, se reúne las personas designadas en la casa asignada, en el que realiza los trabajos previos. Los varones preparan los pincos (parantes de los Arcos) y los Arcos; las doncellas deshojan las flores, y las madres preparan el almuerzo y la comida.







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