MARÍA DELFINA SANTANA: LA ANGUSTIA EN LO VIVIDO
Por Teodoro J. Morales
La poesía permite
llegar al corazón del mismo sentimiento de lo que se ha vivido, hasta alcanzar
la esencia de la real naturaleza en todo lo que existe. Nada escapa. El poeta, con
la sensibilidad que tiene, lee ahí donde no hay grafía para otros, eso le
permite hacer el milagro de hacer hablar a los silencios.
En esta
oportunidad voy a referirme a María Delfina Santana Guevara (1); a ella, la
conocí en Huancayo en 1999, en el Acto Cultural en el que se presentó mi libro
“Encantamientos” (2), la volví a
encontrar en el 2017 en los actos de la Feria Internacional del Libro (FIL –
TARMA) en el 2017, en el que me entregó su libro “Antología. Surcando Sentimientos. Poética del Valle del Mantaro” (3).
Luego de
leer el libro. Quiero referirme a él: su expresión poética, como lo indica
ella, son “Poemas salidos del corazón de
una mujer, madre y maestra dedicados a la niñez, a las vivencias de la vida, y
a la naturaleza misma”. En definitiva luego de leerlo, uno concluye: es, puro sentimiento de vida.
La
poesía en suma es todo lo que existe, es el milagro que hace hablar a todo lo
que existe en ella (“Oh, poema que haces/
compañía a la soledad./ ¡Poetas que ponen el sol al amanecer/ y estrellas al anochecer” (Oh Poetas).
La vida,
es misteriosa. En su insondable naturaleza, sé gesta todo aquello que le da existencia,
en la que se pierde toda conjetura sobre lo que es: (“Como quisiera ver el alma humana/ a través del cristal de los ojos” (Alma
Humana). La muerte, casi todos la temen; ella, siempre estuvo ahí-
esperando por todos. Es la cruz que todos cargan. La temen por qué es
inescrutable. (“Nunca temí a la muerte/
como ahora/ nunca temí a la vida/ como ahora/ sentir desfallecer en vida/ es
morir” (Nunca).
En el
corazón de la poesía de María Delfina Santana, encuentro dolor humanizado; y en
ella, la soledad, es parte de ella
(“Me siento como si un/ ser querido
partiera para siempre” (Soledad).
Siempre
habrá tema, para la poesía; desde el mismo silencio, siempre nacerá la palabra
para transmitirnos verdades de vida (“¡Oh
mar!/ yo estoy aquí/ escuchando el sonido del/ silencio/ y en el vaivén de tus
olas/ mi alma se eleva/ as la eternidad de tu inmensidad”.- (Sonido del
Silencio).
En la
poesía de este libro encuentro momentos de vida, presencia del ser vivo. La
mujer no está ausente; de ella dice (“Eres
el ángel indefinible/ soñadora de
tus fantasías” (Mujer).
La vida,
es toda una aventura, ella genera en el tiempo- hechos que ayudan a vivir a
todos, en ella: el olvido, nadie
alcanzo a definirlo en su naturaleza y esencia, siempre, se trató de asirla en
la palabra. María Delfina Santana, dice: (“Es
el llanto perdido en el silencio” (…) “Es el zumbido del tiempo/ en su gemido” (…)
“Es la nada del amor en el olvido” (El Olvido).
Encontrar
la esencia de todo libro que se lee, no es fácil; en mi caso, siempre trato de
coger verdad y belleza, el resto lo dejó como simple hojarasca que no tiene
significado.
Francisco
León en “La poesía, rúbrica de nuestro
paso por el mundo”, (Prólogo, que escribe para el libro?; dice, la poesía
de María Delfina Santana “es fruto del
dolor, producto de una pérdida que, aunque nada puede suplir, le mostró una
vía, la posibilidad de situar dicho dolor en otra dimensión: en la de la
esperanza mística, en un más allá anhelando y que finalmente brinda consuelo”.
(“¿Dónde está ella, donde están ellos?/
¿Quizá en el infinito/ de las nubes bordadas con/ hilos de oro?/ ¿En la patria celestial/ o
en el crepúsculo triste?/ Solo Dios
sabe, a dónde/ nos lleva la muerte”.-
(A la muerte).
En el
poema titulado “Soy”, p.25),
dice: (“Soy la guitarra que canta en el
silencio./ Soy el alma que canta su
tristeza/ Soy la paz que gana la
guerra/ Soy el corazón que late aun
no/ sintiendo su latido./ Soy el ser que cumple su destino/ Soy la alegría que se da fuerzas para/ seguir viviendo” (…) “Soy la alegría de los tristes” (…) “Soy la poesía/ Soy la risa mezclada con el llanto/ Y a veces soy la canción que queda en el silencio”.
Hay que
leer este libro, en él encontraran hablando a su silencio: (“Somos dos senderos/ recorridos./ Somos dos mundos/ vividos y/
diferentes./ Somos dos crepúsculos/ que
el Sol quiere esconder./ Sin embargo
quisiera/ resplandecer como el día./
Somos dos ríos tormentosos/ y cálidos/ que van paralelos sin saber/ si
juntarse./ Somos el sol y la luna/
que se necesitan en una/ noche tormentosa/ sin embargo, quieren/ encontrar
su/ destino final”.- “Somos”).
NOTAS:
(1).-María Delfina Santana Guevara:
Educadora, Poeta. Nació en Huancayo el 14 de agosto de 1949. Estudió (Primaria)
en el C. E. Enma Luz Calle Vergara; la secundaria, en el Colegio Nuestra Señora
del Rosario; y la superior en el Instituto Superior de Educación Física de
Ayacucho. Tiene publicado: “Poemas y
Misterios del Alma”; “Esencia de
Vida”; “Poemas para ti”; “Expresiones de la Musa”; y los
Trípticos “Inspiración de Poetas
Huancainos” y “Cantos Andinos”.
(2).- “Encantamientos” de Teodoro J.
Morales.
(3).-“Antología. Surcando Sentimientos Poética del valle del Mantaro” de
María Delfina Santana Guevara. Arteidea grupo editorial, Primera edición, julio
del 2015, 85 pp. Arte en carátula: Oleo de Oshca Tarazona.- “La Poesía. Rúbrica
de nuestro paso por el mundo: Francisco León. Formato: 14.5 x 20.5 cm.
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