Sunday, August 13, 2017

DE CLASE (Por Teodoro J. Morales)


DE  CLASE

Por Teodoro J. Morales



Víctor Mazzi Trujillo, nació en Apata (Jauja) el 17 de marzo de 1925. A los ocho días de nacido sus padres se trasladan al asiento minero de Morococha, lugar donde inscribieron su nacimiento. Él, refiriéndose a estos hechos, dice "jurídicamente soy de Morococha, pero telúricamente de Apata”.
Sus padres, son: José Luis Mazzi Vargas (1) y Fortunata Trujillo Espinoza (2).
Su infancia la vivió en el campamento minero de Natividad (Morococha). En 1929, ingresa al Centro Escolar Obrero. Luego vivió en Apata, Jauja y Huancayo. En 1933, sus padres, se trasladaron a San Mateo de Huanchor (Tamboraque), San Bartolomé donde vivieron, luego a Chosica, Miraflores y Chilca; refiriéndose a eso, dice “debido a ese forzado peregrinaje no pude seguir estudios y, sin embargo, por mí solo obtuve mis iniciales conocimientos leyendo periódicos, revistas y textos escolares que hallaba a mi paso”.
En 1939, con su familia, regresa a Chosica.
Poeta y escritor, formado por propia inquietud personal. En 1947 ingresa al trabajo literario con “Reflejos de Carbón”. Es co-fundador del Grupo Intelectual Primero de Mayo”. Publicó: “Nana para el nene de la sonaja roja” (Lima, 1968); “A Lengua Viva” (Buenos Aires, 1975); “Poemas de Vecindad” (Lima, 1975); “!Poemas del Albañil” (Tarna,1976) (Guirnalda de canciones a Chosica” (Lima, 1976); “Poesía Proletaria del Perú” (Lima 1976); “Memorial de un  tiempo a otro” (Tacna,1978); y, “No descansada vida” (Lima, 2006).
Para conocer el real espíritu de un escritor, no hay que quedarse en los libros que alcanzan publicar. Hay un concierto mayor de testimonios que hurgar; es más muchos de ellos, no pudieron publicar libro alguno, porque su condición económica no se lo permitió; ello, no significa que no existan textos suyos publicados en periódicos y revistas u hojas sueltas, y obra inédita que está a la espera de ver la luz; por eso, hay que buscar esos testimonios suyos, para llegar a conocerlos en la dimensión exacta su expresión, y no solo de una referencia superficial.
A Víctor Mazzi Trujillo, lo conocí allá por la década del setenta. Él, llegó a Tarma con integrantes del Grupo Intelectual “Primero de Mayo” (1) para participar en un Acto Cultural. Muchas fueron las pláticas que tuvimos, en las que se habló del trabajo cultural realizado en las ciudades del Perú profundo, y de la necesidad de promover este trabajo a nivel de los jóvenes y niños.
En mi biblioteca, tengo alguno de sus libros, no todos. Muchos de los textos que escribió se publicaron en las revistas Haraui y La Tortuga Ecuestre y en otras revistas y periódicos de seguro. Hay mucho que dejó escrito, digo esto, porque sigo encontrando nuevas cosas escritas y publicadas por él, que no había leído. Textos que me permiten acercarme a un mejor conocimiento de lo que él era, y de lo que represente como escritor
Julio Carmona, compañero de lucha y de sueños de Mazzi, en un poema, dice (“Sus paredes no ostentan ni un diploma /-solo los de modestia y honradez-, empero / es profesor de vida y poesía, / especialista en risas. Cuando asoma / --- “su infatigable charla el cenicero / o cuando suelta rienda a la alegría / injuria y abofetea a la tristeza / que es bruma en mi país desde hace tiempo.” (…)”sin embargo y con todo nunca olvida / la dirección del viento. Y canta y cuenta / lo que ve, vive, bebe o vivifica” (…) “Víctor Mazzi es el hombre de esa risa, / con Justina y sus hijos vive cerca / del sol, vale decir, vive en Chosica”. Refiriéndose a su realización y personalidad, Carmona, dice: “vive en el corazón del pueblo” (…) “fue parte de él, y toda su obra poética y su lucha por un mundo mejor las hizo pensando en él”. Eduardo Ibarra, por su parte, recordando al amigo y compañero de ruta en el trabajo cultural, dice “tenía un rasgo característico: ante todo problema, grande o pequeño, masivo o personal, adoptaba siempre una neta posición de clase. Esta característica, huelga decirlo, se expresaba en su poesía” (…) “escribía, pues, o mejor, cantaba desde el hondón proletario” (…) “Tu poesía va por las calles y los campos llevada por el viento del pueblo, va conmoviendo sensibilidades y estimulando conciencias. Va por el mundo que, un día será un mundo de libertad como querías, como queremos”.
La vida fue la mejor escuela para Mazzi, en ella, se formó y forjó; en el Soneto XXVII (“No solo de amor”, dice :(“Señor lector / su atención y cuidado / que detrás de cada verso / hay / hombres trabajando”.       
Hay algo que, dejar en claro: No siempre un poeta asume una posición y un compromiso en su obra. En más de las veces, el escritor, opta por mantenerse al margen de una posición militante. En el caso de Mazzi, quizá sea comprensible su actitud. El asume un compromiso, partiendo de su propia extracción social; el que se afianza en un espíritu de Justicia, como absoluto. Dice (“Amanezco, siempre amanezco,/ con la esperanza de ver dicha en los mercados,/ fábricas embanderadas de humo y ternura/ y el afán de saber si la luz/ penetro al último rincón de los pobres” (…  …) “Nunca será tarde para ver/ danzar el son en los prados,/ para decir cosas solemnes/ como quien tiene gloriosos sueños/ sabiendo que se aproxima/ La felicidad del rocío en los geranios”.
Si uno lee, sin pasión ciega, lo que el poeta escribió, podrá sentir como la vida respira y se agita en cada una de sus palabras, a pesar de que falleció hace tiempo. Esa emoción de vida del pueblo, que hizo suyo en su palabra, vivirá siempre; ella, llega a nuestros días con su verdad, y su emoción, y uno siente ese dolor que él hizo suyo; y uno entiende que, no es posible que se pueda permanecer indiferente ante la suerte y el dolor de los demás. En verdad, muchos no han llegado a entender esta verdad que golpea a diario, y que es una realidad que sangra por todos lados. Es preocupante que nadie pueda decir nada, que se sientan complacientes y callen, y que incluso aplaudan todo que se hace.
En el poema “Epinitica” publicado en la revista “Haraui” N° 44-45,Octubre-Diciembre 1975), dice:

             “Antes de caer
                                 rendido por hastío
              permítanme ofrecerle un homenaje
              a la inmensa madre del cordero
                                   que no nos deja
               ni a sol ni a sombra
               con estos versos sin resuello”.

Él, tenía claridad de cuál es el papel de un poeta frente a la realidad en la sociedad en la cuál vive, decía: (“Por lo visto, todavía no hay certeza/ si el poeta debe salir temprano/ en busca de la vida o debe quedarse pensando” (…  …) Es inútil, absurdo, que se quede solo/ tratando como un  bobo de pasar el tiempo/ esperando que al situación se arregle/ para entrar a escena, decir algunos versos”. (…  …) “El poeta sabedlo, también es un obrero/ de la construcción de un nuevo mundo/ de una sociedad nueva, de un nuevo hombre;/ debe echar abajo los castillos del engaño/ trabajando si es posible pistola en mano”).
No todos los poetas asumen un compromiso con la vida, en lo que escriben. Muchos se quedan paralizados, como estatuados, ante la suerte que les toca vivir, y no despiertan de ese sueño al que se abandonan; digo esto, luego de haber leído lo que muchos  escriben, y de haberlos visto vivir.
La vida, lo ubicó en aquella margen de los desheredados: supo de limitaciones de todo orden; se hizo en franca lucha con  la desgracia. A la final supo vencer a todo; para ello, educó su espíritu a fuerza de voluntad, haciéndose escritor con conciencia de clase.

                 “No preguntéis por el amor, el pan o la rosa,
                  aquí donde es delito pensar a diario,
                  decir lo que uno siente;
                  aquí donde Carmen, la lavandera,
                  o Juan Raimundo, el ferroviario,
                  hablan a secas, indefinidamente,
                  tal como voy haciéndolo entre mis versos”.

Mazzi, como escritor, defiende la libertad en los fueron de su espíritu, como una exigencia necesaria, para ser el mismo.
En 1968 ganó el Primer Premio de poesía y ensayo en el Concurso Nacional “Ernesto Che Guevara”, para obreros, organizado por la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Esto marca el hito más importante de su carrera, tanto que, deslinda un antes y un después.

                  “Víctimas, cómplices, testigos. No digáis
                  que el cielo es nuestro, tampoco el averno
                  (son antiguas creencias)
                  Aquí, ay, tan solo, nos basta sentir
                  el golpe del frío en las entrañas
                  o arder con el bosque de los sueños
                  para entender la devastación del hombre”.

Su poética, es una canción llena de ternura; una canción de Amor, para con los suyos. Él, tenía claro esto; decía: “El canto es el latido creador de la poesía. El poeta, ante todo, canta. El canto, de antiguo, significa modulación de sentimiento. Y, de hecho, se manifiesta en una u otra forma poética. Y no hay poesía que no cante en voz alta la trascendencia de su contenido. O, de lo contrario, no es poesía”. En lo que escribe, la esperanza crece como una enorme posibilidad de realización, en ese mañana que asoma como justificación a todos los desvelos. Su palabra está cargada de una fuerza vital; en el fondo, se agita un lirismo como sueño romántico. Su obra, es un testimonio personal.

                   “Por más que la vida es dura,
                    la tierra ajena, el maizal lejano,
                    te escribo esta carta, hija mía,
                    como quien riega con sangre
                    el huerto del futuro
                    y espera su facción de primavera”.

Mazzi, era una persona sencilla, creció y se formó dentro de aquella filosofía que la vida exigió que asumiera. Estuvo lejos de aquellos convencionalismos, que muchos usan como ropaje. Entendió y aprendió a querer la vida, a  fuerza de los propios golpes que le dio. No fue un espectador, fue un verdadero actor en la realización de su destino. No dejo que la vida hiciera de él un simple ganapán; lucho para conseguir ser, y fue un escritor.
En su poesía, la palabra se alza con esa emoción social, que rara vez se encuentra en otros; es un verdadero himno de lucha contra el infortunio. Su expresión, tuvo aquel sentir de los que sufren; de los que llegaron a conocer la necesidad como principio, en su realización.
En sus años definitivos se preocupó por alcanzar una expresión dentro de aquellos esquemas estructurales de un academicismo. Renovó sus lecturas, y trabajó en torno a un “Taller de Poesía”. Todo esto le permitió depurar su estilo. Esa preocupación suya, quizá, hizo que en su palabra se perdiera aquella fuerza vital que la caracterizó en sus inicios.
Mazzi, es un exponente de la poesía social en el Perú. Su universo vivencial está lleno de imágenes propias, de aquellas limitaciones que le impuso la vida, las que ensordecieron su canto. En él, encuentro al eterno combatiente, aquel que levanta su trinchera a fuerza de palabras, desde donde disparó poemas llenos de amor y esperanza.

                   “Yo no voy a poner pájaros en la rama
                    deshojada de la patria
                    ni a soltar veleros de papel en el llanto.
                    Voy a confundirme entre esas multitudes
                    que levantan puños de amor y de pelea,
                    voy a escribir con sangre –bajo la luna
                    de octubre-  la biografía de nuestras luchas”.

En definitiva puedo decir: su obra es la expresión consecuente de lo que le tocó vivir, por eso, en su poesía, fija una posición y compromiso de clase, la que está lejos de ser panfletaria. No se encadena a los compromisos de un Partido, ni a los intereses egoístas de una determinada clase; su compromiso es con el ser humano, con su destino. Hay un sentido de humanidad en grado sumo; ese, es su mensaje. Él, decía: “soy un poeta de procedencia y experiencia proletaria (por la sociedad clasista que padecemos). Y creo –desde ese punto que mi poesía es un riguroso producto de clase. Poesía, repito de clase obrera por su expresión y su talento que lo caracteriza y que se entrega a la conquista del amor y el sustento como de todas las complacencias del espíritu” (…) “no podría definir mi poesía de otra manera, pues escribo como canto (o canto como escribo). Evitando, claro está, dejarme ganar por el canto de los cisnes o la proclama de los búhos”. (Declaración, Noviembre 1974). Así lo conocí, con esa consecuencia de vida expresada en lo que escribe, y así vivirá por siempre.



NOTAS:       
 
(1).- En Apata, “se origina el tronco familiar, Mazzi-Vargas., su abuela María Belén Vargas Andrade se casó con Carlo  Mazzi Paccelli, nacido en Génova (Italia), ellos, tuvieron cuatro hijos, tres varones (Carlos, Máximo y José) y una mujer (Hortencia), todos nacidos en Apata (Jauja).
(2).- Ella nació en Ambo (Huánuco, descendiente de abuelos españoles.).

(3).- “La Fundación del “Grupo Intelectual Primero de Mayo”,  corresponde al proceso de maduración y organización de la clase obrera, a través de lineamientos políticos e ideológicos definidos tanto en la tribuna nacional como internacional, o/ como Víctor Mazzi Trujillo, lo destaca: “Los aedos representantes de la poesía de la poesía proletaria no irrumpen en los dominios de la literatura nacional sino hasta poco después de iniciada su organización del proletariado y de fundamentada su base social y política por la orientación, y el análisis sociológico de José Carlos Mariátegui y la obra teórica y práctica de César Vallejo”(“La Moral y la Filosofía en la Vida y Obra de Leoncio Bueno Barrantes. Trascendencia de su unidad como Hombre y Poeta” de José Pablo Quevedo).

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