Saturday, September 9, 2017


CRONWELL JARA: LA BELLA EXPRESIÓN EN LA 

POESÍA

Por Teodoro J. Morales



Cronwell Jara Jiménez (1), es narrador por excelencia; y en “Colina de los Helechos” (2) lo encontramos en la poesía.
Poemario breve, en él reúne catorce poemas. Luego de leerlo, me invita a escribir este texto valorativo; lo hago, tomando ese universo de expresión como un todo, y en esa dimensión: encuentro en este poemario a la ausencia hablando de esa soledad de siempre que acompaña a todos. El poeta, empieza diciendo: (“Nada he vuelto a saber de ti/ desde que te fuiste de la aldea sin avisarme / y no sabes cómo, vanamente/ te he llamado casi enloquecido, de una colina a otra” (…) “¿Adónde fuiste? Ni tú lo sabes bien./ Tú sólo llegas como derramando lilios, desde siempre/ donde yo te sueño, me lo dicen, sorprendidos, los rocíos”).
La soledad siempre estuvo en uno, en toda la hondura de ese misterio que lo envuelve; y estará, hasta donde la vida se lo permita, en esa eterna huida del todo y de la nada. En ese eterno conflicto de existencia, creció toda esa aventura nuestra, que el poeta lo descubre en su palabra.
La poesía china no conocida por muchos, en su honda belleza, encierra mucha sabiduría. Por lo visto, Cronwell se acercó a ese universo maravilloso y heredó de ella su versatilidad y dulzura de expresión.
El poeta, dice: (“A la cristalina espada opongo la línea de un verso,/ inútilmente el filo del metal osaría abrir en dos la/ montaña,/ pero mi corazón si puede unir dos mundos/ con un puente de crisantemos”.- “Li Tai Po Recoge una Vieja Espada).
En todas partes, a diario, se publica “poesía”, huérfana de alma, expresión muerta que no dice nada; y aquella se da, como un simple ejercicio de búsqueda ciega de la forma, a la final: no dice nada.
El poeta, no se preocupa de entregar extensos discursos. La poesía no lo exige; la buena poesía, concreta síntesis de expresión. Cronwell Jara, en catorce poemas, descubre hondos misterios de vida, y los hace hablar en un lenguaje que respira en el espíritu de todo el que lee lo que escribe.
Leo “Paisaje de la Sierra Norte”, y encuentro a la soledad inmersa en una ausencia: (“Cuántas veces he vuelto a cruzar el puente colgante/ del ciruelo,/ del que cuelgan, grullas y flores, las lianas del crepúsculo/ sobre el gran lago;/ ¿y fue sólo una vez que contigo lo cruzamos!. (…) “Solo está desde entonces para siempre/ por mucho que lo transiten multitudes de hombres y mujeres” (…) “triste, parece te espera a veces/ entre la lluvia y el abismo/ como una rama desgajada y todavía floreciendo” (…) “Bastó esa noche, y ya sin fin, su soledad florece:/ Se repite por tu ausencia, cada vez mil veces”.- “Paisaje de la Sierra Norte).
La belleza siempre estuvo presente, en todo lo que existe; en más de las veces, resulta que uno -en la vida- pasa ajeno a todo y no bebe en sus ojos la belleza que ella entrega (“Solo, este aire, vacilante y enlazado el iris fino/ del trino transparente, chispeante/ y oculto en el corazón de su plumado círculo”. --- “Sólo, este espacio, esta loma en lluvia de lirios/ pincelada en peciolo de rocíos y niebla ondulante/ en lento, meditativo remolino”. --- “A través de esta diáfana soledad, la soledad misma/ suspendida, a su vez, parece/ en la espiral de otros más hondos e innumerables vacíos/ (Amor mío   amor mío/ cuánto no te he llamado, cuánto no te he buscado/ y preguntado por ti, ciego, a todos los elementos;/ y cierres con tus dedos de claveles, con tus/ palabras de oro,/los procelosos pórticos de este corazón/ que sin ti, me precipita a todos los abismos… “”Poeta Bebiendo sobre el Velero”)”.
La vida y su eterno conflicto, siempre nos enfrenta a esa eterna lucha con esa soledad que nos acompaña como una sombra en nuestras vidas, con la que se vive en eterna contienda: (“¿Habrá otro guerrero de la enemiga tribu/ a quien aflija esto que este guerrero cavila/ y esté predestinado a caer bajo mi flecha?.--- “¿Gozará de los placeres del vino, y también/ contemplará los ascensos y descensos del buitre,/  aquel otro, que a su vez afila la flecha/ que, inexorable y predestinada, se incrustará en mi?”- “Adivinación en los Espejos).
Es posible que otros que lean “Colina De Los Helechos”,  encuentren y descubran otros ángulos de riqueza expresiva en el libro, que así sea; en la lectura que hago, encuentro hablando a esos silencios del poeta en esa soledad y una ausencia.



NOTAS.-

(1).- Cronwell Jara Jiménez, nació en Piura en 1950. Licenciado en Literatura por la UNMSM. Dirigió el TALLER ITUNERANTE DE NARRATIVA BREVE. Tiene muchos reconocimientos: Primer Premio de Cuento en el Concurso “José María Arguedas (organizado por el Instituto Peruano Japonés) 1979; Primer Premio ENDAR-PERÚ, Cuentos para TV, 1979; Primer Premio COPE de Cuento 1985.  Ha publicado: “Hueso Duro” (1980); “Montacerdos” (1981); “La Huellas del Puma” (1986); “El asno que voló a la luna” (1987); “Patíbulo para un caballo” (1989); “Babá Osaim, cimarrón, ora por la santa muerta” (1990); ”Esopo, esclavo de la fábula” (2006); “Cabeza de nube y las trampas del destierro”; “Manifiesto del ocio”; “Academia de la tristeza” (2010); “Puma dos Cristos” (2015), “Faite” (2016), y otros.
(2).- “Colina De Los Helechos”, 20 pp. Editor: Michael Alberto Jiménez Melchor. Diagramación: Uchu. Fotografía del autor: Rodolfo Moreno. Primera edición, Mayo 2017. Tiraje 200 ejemplares. Se terminó de imprimir en LA MADRIGUERA TALLER, en el mes de Mayo del 2’017. Formato: 14. 5 x. 20. 5 cm.

1 comment:

  1. Agradecidos estamos por el texto con respecto del libro de Cronwell Jara.

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