LA LITERATURA EN LA REALIZACIÓN
CULTURAL EN TARMA
(Conferencia
sustentada por el Dr. Teodoro J. Morales, el día 24 de Junio del 2017, en el “X Encuentro del Escritor con sus Lectores”,
realizado en La Merced (Chanchamayo).
PALABRAS PREVIAS
Señoras y Señores: Mis primeras palabras, sean de saludo
para todos ustedes, que nos honran con su asistencia.
Permítanme,
expresar mi agradecimiento a Gotardo Cervantes Mendivil, y, a los miembros
organizadores de este ENCUENTRO, por la invitación, ella, permite, que el día
de hoy, este presente con ustedes. En este evento, me reencuentro con hermanos en las Letras y las
Artes, al mismo tiempo, gano la amistad
de otros a quienes no tenía la oportunidad de conocer.
A
ellos, y a ustedes, un abrazo de Hermano.
ENCUENTROS,
como este, permiten unir a las personas y a los pueblos, en la realización de
trabajos de verdadera construcción cultural, con los que, se consigue hacer
realidad nuevas esperanzas, por eso, en este acto, ante ustedes, reafirmo mi
amistad con los escritores y artistas que asisten a este evento, a los que invoco: unir la fuerza de nuestros espíritus, para forjar una nueva concepción
de vida que permita al Hombre, ser libre y feliz; y con ella, posibilitar la
existencia de una nueva sociedad, que
lleve a nuestros pueblos (en Justicia) a una realización de todos sus hijos.
Regreso
a La Merced (Chanchamayo), luego de un
tiempo, y lo hago con los mejores deseos de unir mi experiencia y
capacidad de trabajo a la de ustedes, para fortalecer las acciones culturales
que impulsa Gotardo Cervantes, quien, sin duda, es el artífice mayor de esta
obra cultural, importante para Chanchamayo y la Selva Central, tarea que la
realiza a través de la “Asociación de
Escritores y Artistas “Juan Santos Atahualpa” y, de “Región Selvandina”.
Felicito
al pueblo, y a las autoridades por el apoyo que prestan a este trabajo, así, se
hará un Perú Nuevo y Mejor.
***************
Luego
de estas palabras previas, paso a desarrollar
el tema, con el que se ha programado mi participación en este evento: “La Literatura en la Realización Cultural en
Tarma”:
Todos
los pueblos tienen, en su expresión cultural, una literatura. La que en más de
las veces pasa por desapercibida por nuestra miopía, por creer que la
literatura solo existe en las grandes ciudades, por eso, se acuño aquello: El
Perú es Lima, y Lima es el Jirón de La
Unión. Con criterios como ese se ignoró a las provincias y a sus exponentes en
el trabajo cultural, cometiéndose injusticas.
En
la ciudad de Tarma, el trabajo cultural, de seguro, empieza en momentos en el
que, en esos confines, empiezan a desarrollarse las culturas pre inca, la que se fortalece durante los Incas.
Gracias
al trabajo de investigación realizado por Adolfo Vienrich, se sabe de la
existencia de una expresión literaria en la cultura andina, la que era negada
por los invasores; él, reparó en la existencia de esa expresión cultural, y
consiguió reunir testimonios que prueban la existencia de ella, las que da a
conocer en “Azucenas Quechuas” y “Fábulas Quechuas”.
Vienrich,
con su trabajo, trae “por tierra los
aventurados juicios i absurdas aseveraciones de todos aquellos, que ignorantes
de la mentalidad de los antiguos peruanos i de su literatura, han pretendido
negar la autenticidad del Ollanrta i otras tragedias, yendo en su ignorancia
hasta negarles capacidad i cultura suficientes para la concepción de semejantes
producciones literarias”; es más, rescato testimonios que prueban la existencia
de una literatura quechua, y estuvo convencido que ella es el principal fundamento
de la cultura nacional.
La
expresión literaria en Tarma, en el género narrativo, en sus inicios, se
encuentra en los relatos (mitos, leyendas, cuentos) de una Literatura Oral. En Fábulas Quechuas, publicada en 1905, se
recoge testimonios de aquello; luego, continuaron, en esa tarea: Fortunato E.
Cárdenas, Pedro D. Macassi, Santiago Orihuela; Julián Loja, Dantón Hidalgo, y
otros.
Manuel
Baquerizo, al referirse a esta expresión, reconoce que: “Las primeras
manifestaciones intelectuales nativas y, a la vez, los primeros intentos de
hacer conocer la cultura andina, se producen en Tarma” (…) reconociéndola como
“el centro cultural más importante de la sierra central”; Isabel Córdova de
Villanes, por su parte, es más precisa, cuando dice: “Haciendo un salto hasta
principios del presente siglo, encontramos al tarmeño José Gálvez como el
primer poeta memorable que produjo nuestro departamento y, no es que sea una
extraña coincidencia, pero también será en Tarma donde aparecerá el primer
relatista – Vienrich”; dice más, “al parecer existía allí alguna antigua
tradición literaria por haber sido Intendencia durante el Virreynato. Años
después, Tarma también sería cuna de dos narradores muy importantes: Eleodoro
Vargas Vicuña y José Antonio Bravo”. Aquí, hay que agregar lo siguiente, de
todos ellos, Vienrich fue el único que impulso un trabajo de realización
cultural a nivel colectivo, los otros, vivieron encerrados en un
trabajo de inquietud personal.
En
definitiva puedo decir que, el Proceso Cultural en Tarma, se inicia en el mismo
momento en el que el ser humano se establece en este territorio, sin embargo,
en esta exposición, me referiré sólo a los momentos que dejaron huella y
marcaron época.
Hay
algo, que marca un antes y un después: Con la llegada de los españoles, se
quiebra y detiene el desarrollo de la Cultura Andina, y el de los Estados
Regionales del Perú Antiguo. Para imponer un nuevo sistema político-cultural,
los invasores, destruyeron el que existía
en estos pueblos.
De
1538 a fines del setecientos corre todo un período de oscurantismo, en esa
etapa, se desarrolló una Literatura de irrenunciable filiación española, a la
que José Carlos Mariátegui denomina “Período Colonial”, por tratarse de “una
literatura pensada y sentida en español”. En ese momento, se ensaya una
literatura de imitación con espíritu europeizante.
A
fines del setecientos, “habría amanecido la conciencia étnica del criollo” (…)
”no se buscaba ingenios importados de la península, para redactar la Memoria
del Virrey”, bastaban los de la localidad”, podría decirse que en este momento
se da el inicio y afirmación de un “espíritu nacional, criollo, inconfundible.
Ya la semilla estaba sembrada”.
La
literatura que se ensaya, en lo que va de 1870 a 1890, está basada
fundamentalmente en el folklore, creado por el pueblo, la misma que se nutre en
raíces nativas. Es una literatura que se da como espíritu mestizo, toda vez que
España dejó una marcada influencia occidental en el alma nativa de
América.
La
primera expresión literaria escrita, es el de una literatura de costumbres;
bien se ha dicho, “Esta literatura es la que mejor expresa la historia cultural
de los pueblos y ciudades, retrata a sus personajes típicos y notables y da
cuenta de sus fiestas y prácticas cotidianas”, ella, “no ha merecido
desgraciadamente mucha atención”, y, “es visto por los críticos y glosadores,
como un producto subliterario y marginal”; y esto, porque según ellos “los
textos no se ajustan a las normas clásicas de la división literaria en géneros;
y, a la pereza mental para buscar otros instrumentos conceptuales y
metodológicos que permitan analizar y estudiar estas producciones, aparentemente
inabordables por la crítica literaria y la investigación social”.
La
poesía, asoma en los Cantos Populares (Mulizas y Huaynos), con una originalidad
muy propia, es, la Poesía en el Folklore.
Es una etapa en el que el espíritu mestizo de América va forjando su propia
escuela en el arte de la expresión literaria.
Hay
algo importante que indicar: Toda literatura encuentra sus orígenes en el
lenguaje común del pueblo, en la que al escritor corresponde la función de
desarrollar simbólicamente esos materiales comunes, bebiendo para ello en las
fuentes que se le ofrece; por eso, se ha dicho y con razón, que “el idioma del
pueblo es el que define el estilo característico de una cultura literaria y el
que infunde a cada pueblo su expresión singular.
José
Gálvez, es quien asume la poesía y la
narración como creatividad literaria; en
“Paz Aldeana”, (1921) “reúne una
serie de estampas costumbristas, sobre la ciudad de Tarma de principios del
siglo” (…) “Es una evocación muy pormenorizada y melancólica del mundo
tradicional y colonial”; y en “La Boda”
(1922), “ventila la cuestión indígena, más como motivo literario que social”
(…) “hace una vivida y nostálgica descripción de la antigua ciudad
provinciana”.
La
poesía en Tarma, tiene una tradición, que se pierde en la hondura del tiempo.
Isabel Córdova de Villanes, dice “El amanecer del hombre andino a la literatura
se dio mucho antes de la imposición del patrón linguistico español al Perú”. Puedo
decir que, la que llega a nosotros es aquella expresión escrita, inmersa en la
´poesía en el folklore, es decir, aquella que vive en las letras de los huaynos
y mulizas que se cantan año a año en los carnavales tarmeños, lo que fue
evolucionando hasta ingresar a nuevos momentos que permitieron alcanzar una
realización como expresión literaria.
Según
Manuel Baquerizo, “a partir de los años 50 comienza a producirse una visible
diferenciación entre los compositores populares de mulizas generalmente
anónimos y los compositores más o menos cultos, perfectamente individualizados,
cuyos nombres quedaron registrados en la tradición popular”.
En
la expresión de toda comunidad, siempre se encontrara la poesía. En el Perú
antiguo existió poesía, aunque muchos pretendan negarlo. La poesía no es
exclusiva de España, ni nace como algo exclusivo del idioma castellano. La
poesía está presente en la expresión de todos los pueblos, y en el Perú antiguo
existió.
La
poesía y la narrativa en Tarma. Tiene
todo un proceso en su desarrollo, de la etapa prehispánica no se tienen
testimonios que permitan exponer juicio sobre ella. Los invasores con su llamada política “extirpación de
idolatrías” destruyeron parte de la cultura del Perú Antiguo; por lo mismo, me
referiré a la expresión que surge luego del establecimiento de los españoles en
Tarma.
En
ese proceso, corrido el tiempo, “el contenido de las canciones ya no solamente
se refiere a los motivos del amor, al lamento del drama personal u otros
ligados a la festividad de los carnavales” (…) “tocan igualmente asuntos
patrióticos y cívicos. (…) “Estas son “las más interesantes, desde una
perspectiva histórica” … “reflejan la visión del entorno cultural y social de la
intelectualidad naciente”.
Baquerizo,
cree que, la literatura, propiamente
culta y académica, apareció a principios de este siglo”; y que, aquello
“ocurrió en Tarma, antes que en Jauja y Huancayo”, que, “La primera promoción de poetas y escritores estuvo ligada a la figura
de Adolfo Vienrich (1867-1908). Eso, es verdad; y Vienrich, fue uno de los
promotores más importantes de la cultura tarmeña, al lado de él Enrique Herr,
Enrique Díaz, Daniel Villaizán , José Castillo Atencio, y otros.
José
Gálvez Barrenechea, en 1923, publica La
Boda (Novela Corta), podría decir, con ella, en Tarma, se inicia el trabajo
narrativo como expresión literaria, dentro de los moldes de la cultura
occidental.
Joaquín
Ferrer Broncano, hace mención a Gustavo Allende. El texto a que hace referencia
y que se publicó en la revista Brumas
(1906), es un relato corto y no una novela; y los otros textos a que hace
referencia, que dice dejó inéditos, no son conocidos. Es como decir nada.
Eleodoro
Vargas Vicuña, con Nahuin plantea
una propuesta que se conoce como neoindigenismo, luego viene José Antonio Bravo
Amezaga; y en el dos mil tenemos a Felipe Egoavil Mieses y Rodolfo Sierra
Amaro.
En
el trabajo de investigación cultural que realizo, distingo momentos en el
proceso de realización cultural en Tarma,
cuatro momentos, definidos por los hechos que se dieron: El primero, el
de la Unión Nacional; el segundo,
surge con la Asociación de Aristas
Aficionados de Tarma; el tercero, se da con el advenimiento de la Generación del setenta; y el cuarto, se
inicia con la fundación de la Casa de la
Cultura de Tarma.
El primer momento,
empieza en 1891, con el establecimiento del Comité provincial de la Unión Nacional en Tarma, a iniciativa de
Enrique H. Díaz. Ella, ejerce una influencia, por espacio de diecisiete años,
de 1891 (en el que se establece la Unión Nacional en Tarma) hasta 1908, en el
que fallece Adolfo Vienrich. Este momento, distingue dos etapas la de 1891 a
1895, y la de 1895 a 1908.
La Unión Nacional, todo lo significativo
que hizo, se da de 1895 a 1908. Del período anterior no tenemos testimonios que
prueben que en ese espacio de tiempo se haya realizado algo importante. El
mérito de Enrique H. Díaz es haber establecido el Comité Provincial, y haber
nucleado a los primeros militantes. No existiendo archivos que nos permita
evaluar el trabajado realizado por esa agrupación político-cultural.
El segundo momento,
empieza en 1947 con la fundación de la “Asociación
de Artistas Aficionados de Tarma”, su presencia se mantiene hasta 1976 en
el que falleció Pedro D. Macassi,
principal artífice de esta obra. La Asociación de Artistas Aficionados
de Tarma, se fundó el 19 de abril de 1947, quince personas se reunieron para
darle vida; ellos, se reunieron con el propósito de fundar una Institución para
“fomentar el arte escénico, así como otras manifestaciones del arte y la
literatura”, así reza en el Acta de Fundación.
El Tercer Momento,
asoma, con el “Manifiesto de Año Nuevo”
que aparece en enero de 1970; así surge la Generación
del Setenta en Tarma, cuya presencia se proyecta hasta 1992, en el que se
da origen al cuarto momento.
“Tinta Indeleble” (Cuaderno de Poesía),
es el primer testimonio que se publica
como expresión de esta nueva inquietud que asoma en Tarma, el que esta
precedido de un MANIFIESTO. Además, este momento, tiene como documentos
fundamentales: El “Manifiesto de
Afirmación y Protesta” (Abril 1970) y “Hacia
un Nuevo Absoluto para la Literatura” (Noviembre 1975). En este momento, es
la poesía el género en el que se trabajó, la que alcanzó una realización
importante. Tres son los libros fundamentales: “Diario Conflictivo de Clase” (1974) de Teodoro Morales, es el
primer libro de poesía que irrumpe como expresión de este momento; luego, viene
“Dimensión de la Palabra” (1974) de
Carlos Orihuela Espinoza” (1974); y, “Construcción
de los Días” de Andrés Mendizábal Suárez.
El Cuarto Momento,
es el de la “Casa de la Cultura de Tarma”,
fundada el 17 de mayo de 1992. Doce personas acudieron al llamado que se hizo
para fundarla. De los que estuvieron a mi lado para fundarla, fallecieron
Oswaldo Villaizán Baldeón, Wilfredo Loja Oropeza, y José Córdova Julca, mi
Homenaje y reconocimiento a ellos.; los que quedan fieles al compromiso que se asumió entonces,
son pocos; los otros, se quedaron en el camino, a lo largo de esos 25 años de
existencia que se tiene. Para mantener viva a esta Institución, hemos tenido
que ir sumando a este trabajo a nuevos espíritus que se identifican con los
fines que se tiene, y en gran parte esa fuerza viene de niños y adolescentes,
con ellos estamos forjando una mística que de seguro llevara a grandes
realizaciones.
En
este espacio de tiempo, de existencia que se tiene, se estableció los Juegos Florales “Manuel Bedoya Suárez”;
con los que se descubrió nuevos valores, entre ellos Paola Morales Montesinos, Marco Antonio
Oropeza Navarro, Daniel Gutiérrez Ventocilla; Marcia Morales Montesinos, Oscar
Rojas Guere, Milagros Eliana Solís Porras; Magaly Baldeón Vilchez, quienes
han publicado sus primeros libros.
La Casa de la Cultura de Tarma, para
difundir la cultura publicó MANANTIAL, no como empresa comercial, sino como una
acción de proyección cultural masiva; cuya distribución, es gratuita.
Nuestra
preocupación no es sólo la construcción de la belleza en la palabra; queremos
con ella, contribuir en la formación de una conciencia social que permita
gestar una de las mejores realizaciones culturales, y para conseguirlo se
empezó a estableces Casa de la Cultura
en los distritos.
Estamos
rompiendo esquemas tradicionales en el trabajo cultural, promoviendo la
investigación y creatividad; y eso se expresa en la publicación de Plaquetas y Libros, que se auspicia.
TARMA,
en el tiempo de existencia que tiene, en su realización cultural, ofrece ese
panorama al que me he referido, en el que la literatura tiene una presencia
reconocida.- Gracias.
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