MÁS ALLÁ DE LA PALABRA DE UNA
HISTORIA RELIGIOSA
Comentario al libro "Cristo ha dejado de
llover" de Alcides Tineo
Por
Teodoro J. Morales
La poesía está
presente en todo, ella, es vida realizándose a diario. Alcides Tineo Tiquillahuanca
(1) en el año 2014 publicó con Lluvia Editores, “Cristo, ha dejado de llover” (2). Leo el libro, y encuentro en su
contenido una realidad de vida hablando; su autor, dice “es la expresión sencilla de cómo pasamos días de vorágine, contemplando
los días opacos de abriles y setiembres que dejan en cada hombre una huella
indeleble de seguir a cuestas pese a las tragedias que encuentra a cada paso”.
El
título del libro, antes de leerlo hace pensar en una religiosidad a ultranza,
esa que obnubila la mente de curas y beatas, pero, luego de la lectura, uno, no
encuentra nada de aquello que prejuiciosamente creía iba encontrar. Bethoven
Medina Sánchez, en el prólogo que escribe para el libro, dice: “las figuras
literarias son usadas para expresar emociones y reflexiones ante la realidad
inmediata que inspira un mensaje de lenguaje directo y desenfadado, aludiendo
al tema religioso”, en la que “asume la
visión de ser testigo del tiempo en el presente que equivale a reto, apuesta,
desafío por buscar el bien colectivo”, y concluye indicando que “es un libro que tiene su propio peso y
brillantez”.
“Cristo, ha dejado de llover”, tiene
cinco momentos: Exterminio, Quimeras, Atardeceres, Liberación
y Semblanza. El libro hay que
leerlo, y entenderlo en su conjunto: es un todo. Nunca encontré la verdad de un
libro en poemas sueltos, para mi ellos son parte de un todo, de manera
independiente no dicen nada.
Una
cabal valoración de un libro, exige a que el lector se ubique en el contexto
debido del universo que le da vida, del que habla.
Cuando
se habla de nuestra realidad, hay que empezar por tener presente que el mundo
andino es el que nos da razón de vida, no otro, y desde esa dimensión hay que
tratar de encontrar nuestra verdad, que es la que da sustento espiritual a lo
que se habla en este libro. Hay que recordar que, nuestro mundo fue invadido
por gente que vino de otra realidad de vida y formado en otra concepción de
mundo, quienes trataron de borrar nuestra existencia y de imponer otro sistema
de vida y de pensamiento, fundado en una concepción filosófica del mundo
occidental, y con ella vino otra religión con la que se trató de destruirnos,
sin conseguir ese objetivo.
En “Cristo, ha dejado de llover”, se
muestra una realidad sin anteojeras, se quita ese disfraz que como mascarada se puso a todo y se nos
obligó a usar, mostrando solo una
realidad falsa con la que se nos mantuvo
maniatados; y de esa manera el poeta, trata de que se tome conciencia de que se
nos ha envuelto en un laberinto de engaño, que hay necesidad de restaurar
nuestra imagen, para vivir realmente.
Esa
historia que se nos cuenta como verdad engañosa, corrió tiempo impresa en la
palabra de muchos libros; y con ella, se vivió en eterna espera de una justicia y de una felicidad que nunca llega (“Y parece que el mal venció a Cristo/ con las sogas en los pies/ con espinas en la testa/ con los clavos en la cruz”.--- “Y que sigan esperando quienes crean en Dios/
y en la justicia exenta de pecado”.-
Sepultura).
El
poeta trata de devolver la verdad en su palabra, y desenmascara el engaño en el
que hemos vivido, eso lo lleva a decir: (“Y
desde lo alto como un Dios/ empiezo
a castigar a todos/ a Satán lo azoto
en su cola y en su testa/ a los
curas en la mitra/ a las monjas en
el pecho/ en el cuello al monaguillo/
yo me azoto a escondidas/ con el insomnio de mi oscura pesadilla”.-
Quehaceres).
Bien
se ha dicho, nada es eterno, las concepciones también cambian (“Desde el día en que los cristales se rompieron/
mi casa luce llena de fúnebres canciones/
y de voces trémulas que se rehúsan a
callar”. --- “Desde el día en que
los cristales se rompieron/ hasta
mis perros han llorado silenciosos/ voy
sintiendo la canícula de un día lluvioso/ como quien se acerca al postigo infernal”.--- “En conclusión,/ desde el día
en que los cristales se rompieron/ supe
que te había perdido para siempre”.- PE-DA-CI-TOS
La
vida sigue (“¡Y seguimos tragando y
vomitando/ la sangre del cordero muerto sobre la pampa!/ y olvidamos los sueños del robot/ que lentamente va quedando enmohecido”.
--- “Y seguimos pensando en beber el
agua dulce/ que de a gotas va huyendo
sin retorno/ seguimos pensando en la
simpática niñera/ y no en la fruta
del mañana”.-Oropuro).
“Cristo, ha dejado de llover”, es un
libro de no fácil lectura, unos de seguro lo leerán desde ese punto de vista
que se funda en esas concepciones trasnochadas de una religión con la que han
sido engañados, otros pretensiosos trataran de verlo con esos anteojos de
pretendido conocimiento libresco de un academicismo estéril, pocos (de seguro)
llegaran al corazón de la verdad que el poeta entrega en su palabra. Mis puntos
de vista están lejos de esos prejuicios que lo condiciona todo, y en la
valoración que hago de este libro está mi verdad de hombre libre.
El
poeta, dice (“Hasta cuándo/ las cadenas
que llevamos uncidas en los pies/ nos
privarán de solazarnos/ bajo las
palmeras inclinadas/ deseosas de
imprimirnos su frescura y alegría/ en
un efímero enero o febrero”.- Libertad). Es una pregunta que espera
respuesta. Estamos en la capacidad de darla, el tiempo está esperando. (“La libertad se va escurriendo de las manos
de nosotros/ al toque del tambor de los oídos sordos/ y al ritmo de las almas gimoteantes/ de esta criminal y quebrantada democracia”. --- “Y tras largos años de tanto sacrificio/
en las mentes de algunos mequetrefes/
va calando el espíritu de eterna
servidumbre”.- Prisioneros). Hay preocupación al ver todo lo que se
vive: (“A pierna suelta van durmiendo
mis amigos/ con el ascensor junto al cielo/ con el teléfono al oído/ con
el periódico leyendo las acciones de la bolsa de valores/ con los recibos de agua, de luz y del
teléfono/ con la propaganda en la
tele/ con el auto y celular último
modelo/ con la lotería en sus manos/ con la mejor modelo del país”. --- “”En fin, todos van soñando lo que quieren alcanzar/
pero en el canto de un gallo/ de una
alarma de reloj/ que los conduce a
su miseria infernal”.- Sueños). Todo es insufrible, todo preocupa y
llama la atención. (“Mantengamos los
brazos levantados/ acerquemos
nuestras manos a las brasas/ roguemos
que el Señor no nos observe/ inventemos
un camino de topacio/ sobre las
charcas de tus ojos de papel/ oprimidos
al compás de los clarines/ libertados
por las voces de Jesús”.- Otrora).
No
es una simple contemplación y un desengaño de lo que se vive, de lo que habla
el poeta; hay una apertura de vida: (“Construyamos
juntos esta nave/ conduzcamos
cautelosos sin cesar/ que todos
emulen nuestros pasos/ como niños
aprendiendo a caminar/ y el conjunto
ría de contento/ luego de haber
aprendido a navegar”.- Nuestra Nave).
Hay
frescura y dulzura también, por ejemplo en el poema Génesis, dice: (“Yo vi el
sol en medio del maizal en flor*/ todo
verde y amarillo/ al lado de un
pocito de agua dulce/ en donde los
canarios se bañaban/ muy contestos
de vivir”
NOTAS:
(1).- Alcides Tineo
Tiquillahuanca, nació en Piura en 1975, pero según se dice, su nacimiento se
registró en la zona costeña de Olmos (Lambayeque). Sus estudios primarios los
realizó en Piura y Lambayeque, los secundarios en Lima, y los superiores en la
Universidad Nacional de Cajamarca, con estudios de postgrado en la Universidad
César Vallejo de Trujillo.
(2).- “Cristo, ha dejado de lo ver”. Lluvia
Editores. 143 pp. Edición a cargo de Esteban Quiroz Cisneros. Motivo
contracarátula: Vilma Sangay Chiclote e Ybrahim Luna R. Fotografías: William
Guillén Padilla Prólogo (Cristo, después de la lluvia): Bethoven Medina
Sánchez.
Alcides Tineo Estimado Teodoro Morales, acabo de leer el análisis que ha hecho a mi libro. Le agradezco infinitamente por haberle dedicado gran parte de su tiempo. Espero conocerlo algún día para compartir lecturas. Le reitero mi agradecimiento.
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